Tras la denuncia de un consumidor, la Junta de Castilla y León hace una inspección a un restaurante de Pedraza, Segovia.
El local recogía en su carta que cobraba 4,5 euros por un vaso de agua del grifo. Sin embargo, el dueño del establecimiento sostiene que "nunca se cobró" y frente a las críticas se defiende: "Hablar sin saber es muy fácil".
Según sostiene, ofertó así el agua como "una forma de disuadir a la gente" y justifica su decisión: "Cuando alguien pide un vaso de agua se lo desaconsejo, pero se lo doy porque estoy obligado a ello. Yo vivo aquí y no bebo agua del grifo. Hay gente que la bebe, pero a mí no me sienta bien".
"Me han inspeccionado, tenía la queja de un cliente, llegó Turismo y me dijo que eso no se podía hacer. Me dijo que lo quitase de la carta y ya está quitado", añade.
Ahora, el restaurante ofrece "agua kilómetro cero filtrada y embotellada en casa". "Está microfiltrada, le quito las tierras, los barros y los olores", cuenta el responsable del local. El precio de este agua se encuentra en torno a 2,75 euros.
Hemeroteca de Equipo de Investigación
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