Josh Rose, un joven padre británico, se ha convertido en el héroe de su vecindario, pero especialmente de sus hijos, a quienes decidió llevarse a merendar en una zona rural, alejada de las zonas urbanas. Esta decisión, en un principio trivial y entretenida, casi le cuesta la vida.
Se encontraba sentado sobre una manta con los pequeños, de dos y tres años cuando vio que se acercaba una serpiente hacia ellos. Rápidamente, trató de espantar al animal de los niños, lo que asustó al reptil y le dio un mordisco en la mano.
Josh empezó a encontrarse mal y acabó desmayándose sin que los pequeños pudieran hacer nada. Afortunadamente, un hombre que pasaba por la zona se percató de la situación y llamó a una ambulancia, que llevó a Josh al hospital y le pusieron un tratamiento contra el veneno de la serpiente. Aún se encuentra ingresado, aunque su evolución es favorable.
Según recoge el diario The Sun, la serpiente que mordió a Josh es la única especie venenosa que hay en todo el país.