"NINGÚN MINERO SE QUEDA EN LA MINA"
La centenaria Brigada Central de Salvamento Minero, a punto de desaparecer por impagos e incumplimiento de condiciones laborales
El contexto Denuncian que en cada salida a una emergencia un retén debe quedar de guardia. Además, la empresa pública Hunosa les debe el pago de 9.000 horas extras.

La centenaria y aclamada Brigada Central de Salvamento Minero está a punto de desaparecer. Sus 19 integrantes han renunciado en bloque por impagos e incumplimiento de condiciones laborales. Denuncian que en cada salida a una emergencia, un retén debe quedar de guardia. Además, la empresa pública Hunosa les debe el pago de 9.000 horas extras. "Ni se pueden disfrutar los descansos ni se nos liquidó a partir del mes de agosto", ha expresado Óliver Suárez, portavoz de la brigada.
Fundada en 1912, está compuesta por mineros expertos de todas las clases: artilleros, barrenistas o posteadores, entre otros. Están acostumbrados a trabajar en condiciones infernales, confinados y en ambientes irrespirables. Son la élite de la élite y forman a los miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) o a los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX).
El 31 de agosto de 1995 murieron 14 mineros tras una explosión de gas grisú a 400 metros bajo tierra en el accidente de San Nicolás en Mieres (Asturias). Y solo los brigadistas pudieron rescatar al único superviviente, Ángel Zabala, quien pocos días después recordó lo sucedido: "Acto seguido te viene el aire caliente con todo el polvo, te arrastra... es que es... en 3 o 4 segundos, bueno...".
En 2019 acudieron a la desesperada llamada del Gobierno de España y se desplazaron hasta Totalán (Málaga). Allí lograron rescatar el cuerpo de Julen, el niño atrapado durante 13 días en un angosto agujero a más de 70 metros de profundidad.
Pero no solo ha actuado en nuestras fronteras, también en el exterior. En 2006 se desplazaron hasta la mina Pasta de Conchos (México), donde murieron 65 trabajadores.
Con todo, el rescate de los cuerpos de dos mineros fallecidos tras un derrumbe en Cangas del Narcea el pasado día 21 de noviembre, podría ser el último de esta brigada. Sin relevo generacional y si no llegan a un acuerdo, su lema, "Ningún minero se queda en la mina", podría quedarse huérfano.
*Sigue a laSexta en Google. Toda la actualidad y el mejor contenido aquí.