STC Group es una empresa controlada por la familia real de Arabia Saudí, y detrás de ella la cara más conocida es Mohamed bin Salman, el príncipe heredero de la dictadura vinculado a la muerte del periodista Jamal Khashoggi. Bin Salman tiene estrechas relaciones con líderes europeos y americanos, en parte por ser el rostro de un régimen autoritario que blanquea su imagen gracias a los 'petrodólares'.

Si el Gobierno español lo autoriza, STC Group se convertirá en el mayor accionista de Telefónica tras comprar un 9,9%, una empresa saudí que a su vez está participada por el Fondo de Inversiones Públicas (PIF)en un 64%. Esta gigante cartera soberana de 600.000 millones de dólares ha crecido gracias al petróleo, pero lleva años intentando diversificar sus inversiones, llevándolas a sectores estratégicos europeos y americanos.

Telefónica -por ser una empresa de telecomunicaciones, contratos con Defensa y una buena cartera de clientes en España y Latinoamérica- se convierte en un objetivo perfecto. " Es su puerta a mercados más allá del Atlántico", asegura David Hernández, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.

Influencia en empresas y en el deporte

El PIF saudí, a través de STC Group, se ha encargado estos últimos años de invertir mucho dinero en transporte (Uber), automoción (Lucid Motors) y tecnología (Electronic Arts); pero no solo ha comprado a través de STC, también ha realizado otras enormes y vistosas inversiones. Entre las últimas, ha adquirido el Newcastle United, equipo de la Premier League, y ha arrastrado a la Fórmula 1 al país con un nuevo gran premio. También ha hecho ricos a cuatro equipos de fútbol locales, que han fichado a más de una decena de estrellas del fútbol europeo, como Neymar y Cristiano Ronaldo.

Tras el terremoto financiero que se inició el martes, José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, ha viajado a Arabia Saudí para conocer en persona a los dirigentes de la compañía STC Group, que en un comunicado ya han expresado que no pretenden hacerse con el control de la compañía, y que tienen "confianza en el equipo directivo de Telefónica y su estrategia de negocio".

Arabia Saudí "no ha inventado nada", dice Hernández, porque antes que ellos, Qatar y Emiratos Árabes ya hicieron lo mismo. Los primeros, por ejemplo, adquirieron el equipo PSG del fútbol francés y lo llenaron de estrellas. Además, también se han convertido en accionistas de Iberdrola, con una participación del 8,57%; y en el caso de otra compañía energética, Cepsa, el fondo soberano de Arabia Saudí tiene más de la mitad del accionariado.