Cuatro de los saudíes que participaron en 2018 en el asesinato Jamal Khashoggi, periodista del Washington Post, recibieron entrenamiento paramilitar en Estados Unidos. Además, apenas un año antes de perpetrar el crimen.

Así lo ha destapado el New York Times, que ha tenido acceso a un contrato aprobado por el Departamento de Estado, en el que se especificaba el entrenamiento al que habían sido sometidos estos individuos. Concretamente, la formación fue proporcionada por el Grupo Tier 1, que es propiedad de la empresa de capital privado estadounidense Cerberus Capital Management.

Según remarca el rotativo neoyorquino, la naturaleza de este entrenamiento fue defensiva, y se ideó para proteger a los líderes saudíes. En respuesta al informe del Times, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, ha evitado dar una explicación detallada.

Al hilo de estas informaciones, Price remarca que, de acuerdo con la ley, el departamento no puede comentar "ninguna de las actividades de concesión de licencias de exportación de defensa alegadas en los informes de los medios de comunicación". Junto con eso, también subraya que la política de Estados Unidos hacia Arabia Saudí "dará prioridad al Estado de Derecho y al respeto de los derechos humanos".

Un asesinato ordenado desde la realeza saudí

Khashoggi, era un periodista residente en Estados Unidos que escribía columnas de opinión para el Washington Post; en muchas ocasiones, con críticas dirigidas al príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman.

En octubre 2018, el profesional fue asesinado y desmembrado por un equipo de agentes vinculados al príncipe en el consulado del reino en Estambul. En esta línea, un informe del servicio de inteligencia de Estados Unidos aseguró el pasado mes de febrero que el príncipe heredero había aprobado la operación para capturar y matar al periodista.

El alto ejecutivo de Cerberus, Louis Bremer, confirmó el papel de su empresa en el entrenamiento de cuatro miembros del equipo de asesinos de Khashoggi el año pasado en respuestas escritas a preguntas de miembros del Congreso, como parte de su nominación para un alto puesto en el Pentágono en la administración del ex presidente Donald Trump, según el Times.

Pero los legisladores nunca recibieron las respuestas, debido a que la administración Trump nunca llegó a enviarlas al Congreso antes de retirar la nominación de Bremer, de acuerdo con el Times. Así, el responsable de Cerberus habría reconocido que el Departamento de Estado de EEUU y otras agencias gubernamentales son responsables de investigar a las fuerzas extranjeras entrenadas en suelo estadounidense. Un hecho que confirmaría lo que remarcan los informes consultados.