Max Verstappen fue, posiblemente, el piloto más activo en las radios del GP de Bahrein. El neerlandés de Red Bull, actual campeón del mundo, dio un recital de mensajes a su equipo que a buen seguro hizo que alguno en el box de las bebidas energéticas necesitase una aspirina por un posible dolor de cabeza.
Porque el piloto de Países Bajos no dejó de mandar mensajes por radio. Los neumáticos, el agarre, la tracción... y uno tras su segunda parada en boxes en el que se le notó tremendamente cabreado por las órdenes de su equipo.
"¡Es la segunda vez que lo hago! ¡La segunda vez que no aprieto en la primera vuelta a petición vuestra! Podía haber pasado a Leclerc muy fácil. Ya no lo vuelvo a hacer", dijo a su equipo.
Y es que en su primera parada se quedó tremendamente cerca de salir por delante de Charles, deleitando a todos con una gran batalla en la salida de boxes del monegasco.
En la segunda, lejos. Todo por, según se deduce de las palabras de Verstappen, la petición de Red Bull de que guardara neumáticos. Luego le dijeron que tirase sin mirar las gomas porque ya vieron imposible ir a dos paradas.
Tras la tercera, llegaron los problemas. Verstappen, por radio, expuso a su equipo que tenía problemas con el volante. Que tenía resistencia al girar. Fallo en la dirección asistida.
Luego, las baterías. Desde Red Bull dijeron que no podían hacer nada. Que si algo iba a más debían retirar el coche. Eso fue lo que sucedió, pues Verstappen, tras ser adelantado por Sainz, puso rumbo a boxes.
La peor de las noticias posibles para Red Bull es que Sergio Pérez también sumó un cero en Sakhir. Y todo es incluso más negativo viendo que, de todos los pilotos Honda, solo Yuki Tsunoda terminó sin problemas en Bahrein.