Se avecina fiesta en Red Bull en Brasil. Y no, no es precisamente una fiesta feliz. Es metafórica y, directamente, entre comillas. Porque la 'fiesta' con la que van a tener que lidiar los de las bebidas energéticas, traslo sucedido en Interlagos, puede suponer un antes y un después en la relación de Max Verstappen y Sergio Pérez.

Entre una pareja de pilotos que ha llevado a los austríacos a ganar, por fin, un Mundial de constructores, y, también por fin, dos títulos de pilotos con los entorchados del piloto neerlandés. Pero en Brasil todo puede haber cambiado.

Porque con el trofeo ya conquistado por Max, Red Bull pidió al neerlandés que dejase pasar a Pérez para ir asegurando la segunda plaza en el Mundial de pilotos. Para que el mexicano lograse el subcampeonato del mundo ante Charles Leclerc. Era la orden de equipo.

Una que pidió al bicampeón que, si no podía pasar a Alonso dejase adelantar a su compañero. A un Checo que ya había dejado su sitio en carrera a Verstappen. El neerlandés no superó a Fernando... e hizo oídos sordos a la orden directa de Red Bull.

Esto hizo que Sergio Pérez terminase más que caliente en Interlagos. En el corralito fue tremendamente claro y tajante en una rajada de época pocas veces vista entre dos compañeros de equipo.

"Si tiene dos Mundiales es gracias a mí"

"Con todo lo que he hecho por él no sé qué es lo que ha pasado. No entiendo sus razones. Si Verstappen tiene dos Mundiales es gracias a mí", afirmó.

Lo cierto es que su trabajo en Abu Dabi 2021 fue clave para retener a Hamilton y para que Verstappen pudiera hacer presión sobre Lewis, y en este presente año no han sido pocas las veces que ha dejado pasar al neerlandés para que sumase más puntos en su casillero.

Por radio ya se le notó calentito, como quedó claro en sus palabras en un final de carrera en el que hasta Christian Horner, jefe de equipo, le pidió perdón: "Ha demostrado quién es realmente".