La degradación de Ferrari fue fatal en el Gran Premio de Bahrein. Sobre todo en el tramo final, donde Carlos Sainz vivió un calvario con Fernando Alonso por detrás. No pudo contener al Aston Martin y se cayó del podio. Aun así le fue mejor que a su compañero, Charles Leclerc, cuyo coche se detuvo por un problema en la batería.

La lucha entre Sainz y Alonso no duró demasiado. El AMR23 era mucho más rápido y Alonso venía en plena remontada, rodando con mucho más ritmo que los Ferrari.

El asturiano había pasado a Lewis Hamilton con una maniobra espectacular en la curva 10, una zona casi imposible para adelantar. Y Ferrari, desde el muro, advirtió a Sainz de que lo podría intentar ahí.

"Alonso ha pasado a Hamilton en las curvas 9-10. Vigila ahí, por si acaso. Está a 1,3 segundos", le dijeron a Sainz desde el box de Ferrari.

"Entendido, me ocuparé de ello", respondió Sainz. Pero no pudo hacerlo. El adelantamiento no fue en esa zona, sino en una curva tras utilizar el DRS. El Aston Martin era superior al Ferrari. Así ha sido en este comienzo de curso en la Fórmula 1.

Ferrari tiene mucho trabajo por delante. En degradación de neumáticos y también en problemas de fiabilidad como el de la batería de Leclerc. Podría ser sancionado después de sólo una carrera por el cambio de ya dos baterías. Algo casi insólito en la competición.

Australia es la siguiente cita. Y desde Maranello confían en no estar tan lejos de Max Verstappen (la diferencia en carrera fue de más de 40 segundos) y poder luchar contra el Aston de Fernando Alonso.