Una década ha pasado. Una década desde que Alonso, con el Ferrari, soltase una de esas frases 'made in Fernando'. Una que a día de hoy se recuerda tanto como la del "GP2 Engine" en Japón con el McLaren Honda. Una que, a diferencia de la de Suzuka, dejaba clara la superioridad de un piloto que se quedó con la miel en los labios en 2012.

Que comenzó 2013 presionando. Que lo acabó en el subcampeonato, tras Sebastian Vettel.Y que entre la primera y la última prueba obtuvo sus dos últimas victorias en Fórmula 1. Una de ellas fue en China. Fue en un circuito en el que tiempo se lleva sin competir y en el que Alonso dio uno de sus grandes shows.

Fue para repetir triunfo. Para ponerse, en ese momento, tercero en el Mundial tras Vettel y Raikkonen, y a 9 puntos del piloto alemán de Red Bull. Fue par situarse, con 43 puntos, en persecución y en la lucha por el título.

En China, después de clasificar tercero, realizó una gran carrera demostrando un ritmo tremendo con el Ferrari. Antes de la vuelta 5 ya era primero, y tal era su superioridad que el equipo le dejó un mensaje por radio.

"No necesitamos que empujes..."

"No necesitamos que empujes", le dijeron viendo su bestial ritmo en la pista china.

Ante eso, Alonso respondió como sólo él podía hacerlo: "No estoy empujando".

Sería la primera y, de momento, su penúltima victoria en F1. Sería la 31, y la 32 llegaría un par de carreras después en el GP de España 2013.

Desde ese día, Alonso no sabe lo que es saborear un triunfo... pero viendo el ritmo de Aston Martineso puede llegar en cualquier momento. El equipo ha dejado claro que ni se preocupe por la posible multa por la celebración.