Lewis Hamilton siempre ha estado muy implicado en la lucha contra el racismo tanto dentro como fuera del deporte. Ahora ha sido Toto Wolff, su jefe de equipo en Mercedes, quien ha sacado a la luz "las grandes cicatrices" y el sufrimiento que ha vivido el piloto británico por culpa de comportamientos racistas.
"Cuando era niño, lo insultaban en la pista de karts. Los padres blancos prohibían a sus hijos interactuar con él y eso, definitivamente, también le dejó grandes cicatrices", ha asegurado Wolff en una entrevista concedida al diario alemán 'Frankfurter Allgemeine Zeitung'.
El heptacampeón del mundo en Fórmula 1 nunca ha querido profundizar en sus vivencias pasadas, solo tratar de mejorar el futuro. Empezó consiguiendo que Mercedes cambiara sus flechas plateadas a color negro y, gracias a él, antes de cada prueba todos los pilotos de la parrilla realizan un acto reivindicativo contra el racismo.
El director ejecutivo de Mercedes cree que esto ha tenido una gran importancia en la vida emocional de Hamilton, porque "todo el tiempo" habla del tema, "juega un papel muy importante" para él.
"Tenemos factores desencadenantes muy similares. Nuestra experiencia nos ha dado un nivel muy alto de resiliencia. Como resultado, estamos en nuestra zona de confort cuando las cosas se ponen difíciles. Ahí es donde funcionamos. Si vienes de una Siberia emocional, todo el mundo te parece hermoso", añade Wolff.
Esta superación por el sufrimiento, en este caso, ante el racismo, ayuda a crecer y a "desencadenar un superpoder en algunas personas", asegura el expiloto austriaco.
"No quiero decir que las personas exitosas inevitablemente tengan que llevar una mochila así, pero con las experiencias que he tenido personalmente y por las personas que trato más sé, definitivamente, que juega un papel", concluye.