Carlos Sainz ha sido, con permiso de su sustituto Oliver Bearman, el gran protagonista del Gran Premio de Arabia Saudí. El piloto madrileño disputó los entrenamientos libres del jueves con fiebre y graves problemas estomacales. A pesar de ello, pudo completar 50 vueltas y ser el sexto piloto más rápido.

Sin embargo, el viernes no pudo volver a subirse al coche. Apenas unos minutos antes del inicio de la tercera sesión de prácticas, el médico de Ferrari le diagnóstico una apendicitis aguda que tenía que ser intervenida quirúrgicamente, por lo que Bearman tuvo que reemplazarle.

Pero Sainz quería estar con el equipo el sábado, y menos de 24 horas después de la operación apareció en el circuito de Jeddah para ver la carrera en el garaje de Ferrari. El jefe de equipo de los italianos, Fred Vasseur, ha elogiado el compromiso del piloto madrileño.

"Debe ser una característica de la familia… No soy tan fuerte como para sacar a Carlos del coche. El jueves por la mañana no se sentía bien pero dijo que le dejáramos intentarlo. Al final completó la sesión y por la tarde fue exactamente igual", ha dicho Vasseur en declaraciones recogidas por 'As'.

"Ya era increíble para mí, porque media hora después del entrenamiento estaba destrozado, pero si miras sus tiempos en los entrenamientos eran bastante decentes y había hecho una buena tanda larga. Es increíble. Ahora nos centramos en el futuro, lo más importante es que se recupere bien. No quiero que tengamos prisa, es adulto y tomará la decisión correcta", ha concluido.