Carlos Sainz difícilmente va a poder olvidar el Gran Premio de Arabia Saudí, y eso que ni siquiera lo ha disputado. El miércoles, un día antes del inicio del fin de semana, el madrileño ya se sintió indispuesto y con problemas gastrointestinales.

Sin embargo, no se descubrió hasta la mañana del viernes, el día de la clasificación, que se trataba de una apendicitis que necesitaba ser intervenida quirúrgicamente.

De hecho, Sainz se subió al coche el jueves y completó la distancia de una carrera, rodando en tiempos competitivos y siendo el sexto piloto más rápido. No obstante, la sorpresa llegó cuando el viernes el médico de Ferrari avisó de que había que operar al piloto español inmediatamente.

"Al principio estábamos seguros de que sería una intoxicación alimentaria. Sufrió mucho en los entrenamientos, tenía fiebre y problemas estomacales", ha dicho Fred Vasseur, jefe de equipo de Ferrari.

"Esperaba estar mucho mejor al día siguiente. Y el viernes me llamó por la mañana y me dijo: ‘Probablemente me pierda los terceros libres pero estaré seguro en la clasificación’. A las 11:30 estaba en el hospital y estaba claro que no iba bien", ha añadido.

Ahora, el objetivo de Carlos Sainz es disputar el Gran Premio de Australia, que se celebrará en dos semanas: "Gracias al hospital en Jeddah y a todos en la organización, le operaron y a la mañana siguiente cuando le visité estaba perfectamente bien. Ahora tenemos que centrarnos en Melbourne, tiene que descansar bien esta semana y veremos la semana siguiente".

"La recuperación hasta ahora es increíble. Que pudiera venir al circuito para estar con el equipo es un muy buen síntoma y también un apoyo para nosotros. Vuela conmigo de vuelta y tendremos una semana de descanso completo. Tomaremos la decisión en una semana, pero soy bastante optimista", ha dicho Vasseur para concluir.