El mundo del automovilismo está con la mirada puesta en el veredicto que emitirá la FIA este jueves sobre el 'caso Fernando Alonso' y la polémica sanción de 30 segundos al bicampeón por perder su retrovisor derecho en plena carrera.

Entre tanto, continúan saliendo a la luz detalles del brutal choque entre el asturiano y Lance Stroll que, cuando menos, sorprende.

Sam Collins explicó en 'F1TV' que, tras colisionar contra el canadiense, Alonso apuntó al cielo a 184 mph, o lo que es lo mismo, a casi 300 kilómetros por hora.

Se trata de la velocidad de despegue de un Boeing 747 y una velocidad superior a la de un avión ligero, hecho que otorga aún más valor a que Fernando lograra controlar el monoplaza en el aire, hiciera un contravolante y mantuviera el coche en pista.

"El coche simplemente se queda con la nariz muy alta, por lo que puedes verlo sobresaliendo. Y la razón de eso, tras echar un vistazo a los datos, es porque la velocidad del automóvil era de 184 mph mientras apuntaba al cielo", ha explicado Collins.

"Esa es la velocidad de despegue de un Boeing 747. En realidad, es más rápido que la velocidad de despegue de un avión ligero; de hecho, despegan a unas 110 mph", zanjó.