A Fernando Alonso le pasó de todo en el GP de EE.UU. Salía 14º y tras ponerse noveno con el Safety Car provocado por Valtteri Bottas, el español pasó a Pierre Gasly después de que el coche de seguridad se fuera, colocándose octavo.

Pero cuando en la mayor recta del circuito fue a pasar a Lance Stroll, este hizo una maniobra peligrosa que acabó con el asturiano volando por los aires con su Alpiney chocando lateralmente contra el muro.

Milagrosamente, el coche de Alonso pudo seguir en la carrera a pesar de los daños y tuvo que entrar para montar una nueva ala delantera, pasando de poder ser 7º a ser 17º. Sin embargo, el asturiano voló hasta llegar a ser sexto, cuando pasó a Kevin Magnussen.

Tras el choque con el muro, el coche de Alonso sufrió daños. Por ejemplo, su retrovisor derecho se tambaleaba demasiado en las rectas, pudiendo descolgarse en cualquier momento. Y fue justo cuando pasó al Haas cuando el espejo salió disparado.

De hecho, se puede comprobar como cuando el español está a rebufo del danés, el retrovisor se dobla hacia arriba, y es justo cuando se sale de la aspiración que esa pieza está dentro de un flujo de aire creado por los coches, haciendo que termine de desestabilizarse y saliera disparado.

Sin embargo, este fue el motivo por el que Alonso recibió una sanción de 30 segundos tras la carrera, debido a una protesta de Haas. El motivo exacto del castigo es que el coche se reincorporó a la pista en condiciones inseguras tras el accidente con Stroll.

A pesar de la decisión de la FIA, Alpine ha protestado y ha pedido que le anulen la sanción a Alonso, que de ser séptimo ha bajado hasta la decimoquinta posición.