Arriesgada fue y es la decisión de Fernando Alonso de apostar por el proyecto de Aston Martin para 2023. Arriesgada por la posición de Alpine en este curso, y también porque los británicos no parecían estar en un óptimo momento para pelear por absolutamente nada el año que viene.

Sin embargo, las sensaciones son como son. Van y vienen, y vienen y van, y ahora lo cierto es que el monoplaza de color verde está funcionando. De las últimas doce carreras, han puntuado en diez, y ya es habitual verles en carrera siendo más competitivos que al comienzo del Mundial.

Ahí se puede incluir la actuación de Sebastian Vettel en Japón, con un brillante sexto puesto tras arriesgar y ser el primero, junto a Latifi, en poner intermedios. Y ahí, en general, se incluye el hecho de que Aston Martin ha pasado de ser el noveno equipo de la parrilla al séptimo y de tener muy, muy cerca la opción de ser sexto.

Stroll sale quinto en EEUU

Alfa Romeo es su rival, pero enEstados Unidos, al menos con Lance Stroll, Aston Martin parece en forma. El canadiense, en la Q3, firmó un tiempo que le hace salir quinto. Fue séptimo, pero las sanciones de Leclerc y de Pérez le ponen en una buena posición para la carrera de Austin.

Y es que el coche británico sigue dando pasos para estar con los mejores. En Q3 le bastó un solo intento, por número de neumáticos, para firmar un 1:35.598 y superar de esta forma a otros pilotos como Fernando Alonso, noveno, y Lando Norris, con el McLaren.

En ese sentido, parece que van dando con la clave de las clasificaciones, el gran punto débil de Aston Martin en este 2022.

Los ingleses siguen dando pasos para poner el coche donde quieren, y es que el proyecto liderado por Lawrence Stroll, que tendrá a Alonso en sus filas, quiere ser campeón del mundo de Fórmula 1.