Alpine no se rinde. Alpine no desfallece. Alpine no se viene abajo. El equipo francés, que viene de un 2023 en el que fueron una de las grandes decepciones del Mundial, ha presentado ya su coche con el que tienen como objetivo recuperar las buenas sensaciones y acercarse al tren de cabeza formado por Aston Martin, McLaren, Mercedes, Ferrari y, claro está, Red Bull. Para ello han arriesgado, y están además felices de haberlo hecho.

Aunque no les saliera bien, porque les costó superar el 'crash test' de la FIA. Porque necesitaron de un par de intentos para hacerlo, toda vez que no lograsen homologar su monoplaza cuando apenas quedaban días para presentarlo. Sin embargo, lejos de considerarlo algo malo lo ven como bueno. Como muy bueno.

Así lo ha dicho Bruno Famin, jefazo de Alpine, en palabras que recogen en 'Motorsport': "Llevamos algunos elementos al límite... y en ciertos casos incluso más allá".

"Si pasas todo a la primera es que no has sido bastante ambicioso. Hubo que rehacer piezas, algunas por homologación, pero esto es algo que forma parte del proceso", insiste.

Y es que Alpine sabe que les va a costar al comienzo: "Hemos trabajado duro para crear un coche completamente nuevo. Todo lo que se podía cambiar desde el reglamento".

"Hemos aprendido del pasado. De aerodinámica, de neumáticos. Y tenemos el reglamento de 2026", cuenta Famin.

Por ello necesitan crecer. crecer rápido: "Era importante dar un gran paso adelante... hay cosas nuevas, muchas, y no sabemos dónde vamos a estar en la parrilla".