Carlos Sainz se ha convertido en el tercer piloto español de la historia de Ferrari. Antes estuvo Fernando Alonso y antes (mucho antes) Alfonso Cabeza de Vaca, XVII Marqués de Portago.

En el año 1956 el legendario Enzo Ferrari contrató a Portago, después de que el español hubiera participado en diferentes carreras con un vehículo de esta marca que había comprado él mismo. Su familia, perteneciente a la nobleza española, era una de las más poderosas de la época.

En Ferrari compartió aventura con Juan Manuel Fangio, cinco veces campeón del mundo de Fórmula. Una de ellas, precisamente, con Ferrari. En total Portago disputó cuatro carreras en 1956 y otra en 1957.

Ese mismo año emprendió un nuevo reto: el rally Mille Miglia en el que participaban alrededor de 500 pilotos. Más de 1.000 kilómetros por carreteras italianas realmente peligrosas que ponían contra las cuerdas a los pilotos.

A bordo de su Ferrari 335S sufre un accidente mortal. En la ciudad de Guidizzollo, a apenas 50 kilómetros de meta, pierde una rueda cuando conduce a 240 km/h y el coche da varias vueltas de campana. Él y su copiloto, Edmund Nelson, perdieron la vida. Portago, con sólo 28 años, falleció en este fatal accidente en el que también resultaron heridas una decena de espectadores, entre ellos varios niños.

El Marqués de Portago se convirtió en un pionero en el automovilismo español. Sin embargo, tuvieron que pasar más de 50 años para que otro piloto español, en este caso Fernando Alonso, vistiera los míticos colores rojos.

Carlos Sainz tendrá la oportunidad de hacerlo a partir de 2021, acompañando en el box al joven Charles Leclerc. El automovilismo español está de enhorabuena.