La carrera de Casey Stoner fue la de un diamante en bruto que se apagó demasiado pronto. Con apenas 27 años, y tras haberse coronado como campeón de MotoGP en 2007 y 2011 en plena hegemonía de Valentino Rossi, decidió echar el freno al motociclismo competitivo.

"Sin duda, habría peleado por el campeonato, aunque no sé si hubiera ganado otro. Tuve un pequeño deseo de volver, pero no necesariamente de correr. Me gustaban las prácticas y tener esa pizca de presión para poner todo un su lugar, lo disfrutaba. Las carreras no eran mi parte favorita, hay una gran presión, por eso cuando lo dejé fue una liberación, me sentí aliviado y no echo de menos eso, solo lo trabajar con un equipo", explicó Stoner en 'GPOne'.

Después de dejar la categoría reina del motociclismo, el australiano comenzó en Honda como piloto probador, pero tras un año y medio en la marca nipona junto a Marc Márquez, Stoner decidió irse a Ducati: "Probé con Honda al principio, pero la joven promesa no me quería cerca".

"Me aparté, sentí que no podía darles lo que necesitaban. A veces los pilotos no entienden algunas cosas, ven los datos, creen que es la dirección correcta y no siempre lo discuten con otros pilotos. Fue una lucha constante hacer que cambiasen las cosas correctas para progresar", añadió Casey, que no señaló directamente a Marc, pero sí dejó caer que se refería a él.

Por último, Stoner aseguró que quiere seguir ligado en un futuro al mundo de las motos: "Para ser sincero, me gustaría participar más en MotoGP. Creo que todavía tengo mucho que dar a nuestro deporte y que podría ayudar en algunos aspectos dando una visión diferente. No digo que llegue y lo arregle todo, pero sé lo que hay que hacer para ganar".