Se antoja complicado analizar la estructura ética y moral que sostiene con grandes temblores el complejo pensamiento de una sociedad en continuo desarrollo. Más si dicho análisis tiene por objetivo la advertencia ante un destino cercano con destellos de decadencia y, en consecuencia, la movilización para evitar el mismo.

Sin embargo, son los propósitos que plantea, con la creciente experiencia y la sólida sabiduría que otorga el tiempo, el juez Baltasar Garzón en su nueva obra. La 'indignación activa' del reconocido magistrado desgrana con precisión los distintos escenarios que convergen en una frágil realidad sobre la que aun queda mucho trabajo. El objetivo: fortalecerla.

De esta manera, a través de un compendio de siete capítulos divididos en dos partes, Garzón deconstruye esos factores que nos sumergen, aún siendo una sociedad con ambición de progreso, en un manto de incertidumbre, y que en muchas ocasiones logra generar confusión sobre los actos a realizar por un devenir más eficaz. Así, ¿cómo podemos cambiar el rumbo de unos acontecimientos correlativos a una visión a menudo difusa de la realidad?

En este aspecto, entiende el juez, la primera regla es entender el mundo que nos rodea. La ética en todas sus formas, la dignidad, la justicia o la defensa de unos valores subyacentes a los Derechos Humanos deben ser concebidos como norma obligatoria para el correcto avance de una sociedad que ve peligrar su modelo de libertad. A través de estos conceptos, Garzón nos llama a la acción como responsables de nuestro futuro colectivo.

En sus propias palabras, "este es el principio de Indignación Activa: la acción que haga frente a los ataques que sufrimos, buscando y exigiendo respuestas, pero contribuyendo también, en forma responsable, a su elaboración. Pasar de la queja a la responsabilidad [...] No es suficiente con mostrar la herida o el daño. Es necesario contribuir a su sanación".

Pero ¿cuáles son los complejos obstáculos a superar para lograr evolucionar a una sociedad que refleje en su máxima expresión las premisas de los Derechos Humanos? Garzón habla del terror, del miedo; de la corrupción, de la guerra, del olvido, de la xenofobia, de las mordazas y de las mentiras; de la opresión como herramienta de intimidación; de la lacra de violencia machista. Todos estos factores a los que es necesario hacer frente.

"Es preciso conjugar en el mismo tiempo los valores de la seguridad y de la libertad; el de la justicia con el de la paz; el de la no impunidad con la protección a las víctimas; el de la intolerancia con el de la solidaridad", razona Garzón en 'La indignación activa'. Ya no solo por la consolidación de una sociedad más justa y huamana, sino como tributo a la memoria de los más vulnerables y de las víctimas que defendieron la libertad hasta sus últimas consecuencias.

Con esta exposición de hitos e interacciones sociales, 'La razón activa' alude a la unión como fuerza irrefrenable ante la incertidumbre. Garzón "confía en el reclamo de los pueblos, en la movilización, en la racionalidad humana y llama a la lucha por el derecho". Esto es, el derecho de una sociedad tolerante y solidaria.