Hasta el 30% de los niños y niñas en España tiene problemas crónicos para conciliar o mantener el sueño, algo que causa trastornos y dificultades a todos los miembros de la familia que no saben cómo actuar ante este problema. En el caso de los adultos, el insomnioafecta al 35% de la población, pero un 15% tiene insomnio crónico (aquel que se mantiene en el tiempo más allá de los 3 meses).
Sin embargo, esto no es nada raro ni infrecuente: "Los trastornos del sueñoson un motivo de consulta común en Pediatría, afecta a un 30% de los niños entre los 6 meses y los 5 años y su prevalencia es mayor en los niños con trastornos de neurodesarrollo, pero sigue siendo una patología infradiagnosticada en la que los médicos reconocen estar poco formados", tal como detallaba el Dr. Roi Piñeiro, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario General de Villalba en unas jornadas recientes dedicadas al sueño infantil e impartidas por el Grupo de Trabajo de Sueño de la Sociedad Española Sociedad Española de Neuropediatría (SENEP).
Tanto es así que según un estudio presentado en el congreso de la SENEP de este año, "en más del 80% de los casos, en las consultas de Pediatría se preguntaba por las dificultades de sueño".
También se abordó esta misma temática en el congreso anual de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el 69 Congreso de la AEP celebrado en Granada este mismo mes de junio. La conciliación del sueño debería ser innata, pero no a todos los bebés y niños les sale naturalmente, explicaban desde esta entidad. Uno de los muchos motivos que existen es que tienen cambiados sus ritmos circadianos.
"A menudo se adaptan los horarios de sueño de los niños a los de los padres/madres y esto puede tener consecuencias", apuntaba el Dr. Ignacio Cruz Navarro, pediatra del centro de salud Montequinto, en Dos Hermanas (Sevilla).
"El ritmo de los recién nacidos tendría que estar regido por la alimentación y, entre los seis y los 12 meses, ya debería instaurarse de forma natural un ritmo de sueño acorde con las horas de luz y oscuridad. Muchas veces se fuerza la maduración del sueño antes de tiempo, y en ocasiones, termina derivando en insomnio infantil (1 de cada 3 niños), aunque no todos llegan a consulta", explicaba el experto.
Es por ello que desde la AEP enumeran cuáles son las 5 medidas más efectivas contra el insomnio infantil, según la evidencia científica, que se pueden combinar para aumentar las posibilidades de éxito.
5 medidas para tratar el insomnio infantil
1. Ignorar las protestas del niño al irse a la cama o al despertarse durante la noche
Por difícil o polémica que pueda resultar esta estrategia, "no se ha demostrado ningún efecto perjudicial para la salud mental de los niños a medio ni a largo plazo, ni tampoco un empeoramiento de la relación con sus progenitores", asegura el doctor Cruz Navarro. En cambio, "sí se ha observado que se acorta el tiempo de transición de la vigilia total al sueño y se reduce el número de interrupciones de este sueño. Hay que luchar contra el sentimiento de culpa que desarrollan los padres por no atender al niño cuando protesta por enseñarle a dormir. Le están haciendo un bien".
Si el niño acude a la cama de los padres, lo ideal es devolverle a la suya sin interaccionar con él. "Al principio puede que aumente las veces que se despierta para lograr la atención retirada, pero si se persiste en esta medida, el problema irá disminuyendo", aconseja el experto. La ignorancia a estas demandas se puede hacer, según el caso, de golpe o de manera progresiva, incrementando el tiempo en el que no se produce la interacción con el niño/a.
2. Premiarle cuando duerma bien
Los refuerzos positivos ayudan a iniciar o a prolongar el periodo del sueño, aseguran desde la AEP: "Si los niños reciben más atención cuando duermen bien que cuando no quieren dormir, se verán motivados a irse a la cama para obtener esa recompensa".
3. Retrasar temporalmente la hora de acostarse
Aunque parezca contraproducente, demorar por un tiempo determinado la hora de acostarse para que coincida con el inicio del sueño real del niño hará que mejore su descanso nocturno, señalan desde la AEP. "Es un tipo de terapia conductual y la mayoría del insomnio suele responder a conductas mal aprendidas, por lo que poco a poco iremos modificando la hora hasta la adecuada", apunta el pediatra.
4. Despertar al niño en horas concretas
Cada vez que terminamos con un ciclo de sueño mientras dormimos, solemos tener microdespertares. Hay quien ni los nota, pero hay a quien estos despertares le rompe el sueño y luego no pueden dormirse de nuevo.
"Si movemos suavemente al niño, sin espabilarlo del todo, justo antes de que termine su ciclo de sueño y se despierte, conseguiremos que encadene ese ciclo con el siguiente sin desvelarse", aconseja el profesional. "Por ejemplo, si suele despertarse a la 1h, lo microdespertamos a la 0:45h y seguirá durmiendo plácidamente"
Esta medida, no obstante, "puede aplicarse en niños que se suelen desvelar a la misma hora habitualmente. Conviene llevar una agenda de sueño para registrar los horarios de vigilia de los pequeños y ver si se repiten patrones noche tras noche".
5. Darle 'vales' para canjear por acciones antes de ir a dormir
Esta técnica conductual consiste en entregar al niño una serie de tarjetas intercambiables por acciones como: un cuento, una canción, beber agua. . . Se debe acordar previamente con el niño que una vez que se acaben, deberá irse a dormir.
Según explica el especialista, "la primera medida a tomar frente al insomnio siempre será instruir a los padres en estas técnicas y en medidas de higiene del sueño como tener horarios regulares o evitar el deporte y las pantallas a últimas horas del día".
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Si todo esto no funcionara, "entonces recomendaríamos combinarlo con la valeriana o la lavanda. Otro recurso que podríamos utilizar es la melatonina, y como última opción los antihistamínicos, que como efecto secundario producen somnolencia. Eso sí, la farmacoterapia será lo más breve posible y a la dosis menor eficaz", finaliza el experto. Y siempre, por supuesto, consultando con un profesional.