No dormir por la noche o mejor dicho, no poder dormir por la noche es sin duda un problema realmente angustiante para quienes lo sufren. En España, casi un 15% de la población tiene insomnio crónico, un trastorno del sueño cuyas causas son muy características. Insomnio no significa únicamente dormir poco o tardar en conciliar el sueño.
Para tener realmente, insomnio deben darse dos factores claves y ambos tienen que ir, sí o sí, unidos. Según explica a laSexta.com la Dra. Xesca Cañellas, psiquiatra especializada en trastornos del sueño y miembro del grupo de trabajo de Insomnio de la Sociedad Española del Sueño (SES), deben presentarse problemas para dormir por la noche, bien despertarse en medio de la noche o demasiado pronto por la mañana y esto debe causar malestar durante el día. Tiene que haber un cansancio diurno.
"Si no hay malestar durante el día no podemos hablar de insomnio, podemos hablar de problemas para dormir, pero no de insomnio", asegura esta profesional, con motivo del Día Mundial del Sueño que se celebra hoy 18 de marzo. Hay personas por ejemplo, que no necesitan dormir 8 horas, que les basta dormir 6 horas para estar descansadas durante el día. Incluso hay personas que les basta aún con dormir menos de 6 horas, pero son las mínimas.
"Hay gente que se queja de dormir poco por la noche, sin embargo durante el día están bien, no están cansados, por lo que en este caso podemos decir que son dormilones cortos, es decir que necesitan menos horas de sueño que la mayoría de las personas", explica la experta. De hecho, tal como comentaba el Dr. Javier Puertas, de la SES, en este artículo, "la mayoría de los adultos necesita entre 6 y 8 horas, sin embargo un 5 % de la población necesita más de 8 horas y otro 5 % menos de 6".
Si no hay malestar durante el día no podemos hablar de insomnio, podemos hablar de problemas para dormir, pero no de insomnio
Dentro del insomnio, es importante diferenciar dos tipos: insomnio agudo e insomnio crónico (que es al que realmente llamamos insomnio como tal). Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), "el insomnio es el trastorno del sueño más frecuente en España: hasta el 35% de la población adulta padece insomnio agudo y hasta un 15%, insomnio crónico".
El insomnio agudo -explica Cañellas- se produce cuando ocurre durante unos días o en momentos determinados, por ejemplo, en una hospitalización, en época de exámenes o en situación de estrés.
Sin embargo, "los profesionales hablamos de insomnio como tal, por definición, es cuando existe un insomnio crónico: aquel que se mantiene durante más de 3 meses y donde los problemas para dormir suceden al menos 3 veces por semana", añade. Por lo que "si una persona no puede dormir de vez en cuando, no sería un insomnio, sería tener problemas de sueño de forma ocasional pero no podemos diagnosticarlo como insomnio".
Cómo tratar el insomnio
Las cifras de este trastorno del sueño se han duplicado en los últimos tiempos: si ahora, la prevalencia es de un 15%, a finales de los años 90 "según un estudio de aquella época había entre un 6-10 % de la población con insomnio", indica la doctora.
Es importante que cuando podamos dormir durante más de 3 meses acudamos al especialista para intentar tratar este problema. En la actualidad, el tratamiento de elección es la terapia cognitivo-conductual, para explicarles cómo disminuir las expectativas con respecto al sueño, ayudarles a rebajar el estrés del momento de dormir y a que conozcan mejor su sueño.
Hay que tener en cuenta que "las personas con insomnio temen el momento de irse a dormir porque saben que no duermen. Pueden tener somnolencia cuando ven la tele, pero cuando se meten en la cama se despiertan", sostiene la experta. También, en algunos casos hará falta medicación. Sin embargo, el problema que tenemos en la actualidad es que "aún no hay un hipnótico ideal para tratar el insomnio".
No obstante, es importante -sostiene la experta- "cuando hablamos del trastorno por insomnio, descartar que haya otras causas que impidan el sueño. Por ejemplo, las personas que tienen algún tipo de dolor, es frecuente que debido a esto, no puedan dormir o aquellas personas que sufren reflujo gástrico. En algunos casos, el insomnio sería secundario a estos problemas y lo que habría que hacer es tratar la causa. En estos casos, por ejemplo, tratar el dolor o tratar el reflujo", explica la experta. Es importante, por tanto, que el tratamiento sea muy especializado.
La estrecha relación entre insomnio y depresión
De todos es sabido la importancia que tiene el descanso en nuestra salud, de hecho es uno de los tres pilares más importantes cuando hablamos de hábitos saludables: dieta sana, ejercicio físico y buen descanso.
Así lo expertos, en este 16º Día Mundial del Sueño, organizado por la Sociedad Mundial del Sueño (WSS, por sus siglas en inglés) y que este año tiene como lema 'Sueño de calidad, mente sana, mundo feliz' quieren reivindicar la importancia del descanso como medida de protección de la salud mental. Más aún en un contexto en el que, según los últimos datos, los problemas del sueño constituyen una epidemia mundial que amenaza la salud y la calidad de vida de hasta el 45 % de la población.
En general, los problemas del sueño constituyen una epidemia mundial que amenaza la salud y la calidad de vida de hasta el 45 % de la población
En general, se sabe que "existe una estrecha relación bidireccional, demostrada por numerosos estudios científicos en los últimos años, entre el sueño y la salud mental. Tal como explica el Dr. doctor Diego García Borreguero, coordinador de la SES, "por un lado, prácticamente todos los trastornos mentales están asociados a una mayor frecuencia de insomnio, y por otro, el insomnio es un importante factor de riesgo para padecer algunos trastornos mentales, especialmente la depresión clínica".
Se estima que "alrededor del 75% de los pacientes con depresión padecen de insomnio, un problema con el sueño que con frecuencia persiste una vez superada la depresión. A su vez, según los estudios, se sabe que los pacientes con insomnio crónico tienen un riesgo medio tres veces superior de padecer a medio plazo depresión clínica en comparación con la población que no padece de insomnio".
No obstante, es importante señalar que tanto el insomnio como la depresión son cosas diferentes, es decir, son dos entidades clínicas totalmente diferentes, pero "ambas se refuerzan mutuamente: padecer de insomnio eleva el riesgo de padecer de depresión, y viceversa, aunque el tratamiento de ambos cuadros debe de ser realizado por separado", concluye García Borreguero.
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