¿Cuándo dormirán los niños/as, de una vez por todas, del tirón y sin despertarse? ¿Cuántas veces hemos oído a mamás y a papás pronunciar esta frase? ¿Cuántos días han venido al trabajo comentando que no han podido dormir en toda la noche ni tener un buen descanso porque su hijo/a se ha despertado no sé cuántas veces?

Es sin duda una de las cuestiones que más preocupa a las familias y por ello el psicólogo Alberto Soler Sarrió, director del Centro de Psicología Alberto Soleren Valencia y miembro de la comunidad Educar es todo ha querido poner un poco de luz en todo esto. También algo de tranquilidad y sentido común.

Una de las cosas más importantes que debemos saber es que "los niños ya saben dormir desde que nacen, aunque quizá no del modo que necesitaría su familia", afirma Soler a laSexta.com. Por lo que "no, no tenemos que enseñarles a dormir".

Y la segunda cosa más importante que, como padres y madres, hay que saber es que "los despertares nocturnos a esa edad son habituales y no indican, por sí mismos, ninguna patología, por lo que no debería haber ningún 'tratamiento'".

Ahora bien, ¿cómo es realmente el sueño en la infancia, cuándo los niños/as son más pequeños? ¿Es normal que se despierten -tanto- por la noche? ¿Qué podemos hacer como padres/madres para intentar descansar?

Cuanto más pequeño, más despertares nocturnos

Según explicaba Alberto Soler recientemente en este post de su cuenta de Instagram (@asolers), cuando los bebés nacen ya saben dormir -algo que probablemente luego se nos olvida-. De hecho, no hacen otra cosa más que dormir: un recién nacido duerme entre 14 y 20 horas al día y además no distinguen entre la noche y el día.

Es a partir de los 3 meses cuando el sueño de los pequeños empieza a cambiar y cada vez duermen menos durante el día. Más adelante, a los 6-7 meses, "la mayoría de los niños distribuyen el sueño en dos siestas durante el día y el sueño nocturno, pero es justo a esa edad cuando empiezan a despertarse más por la noche".

Poco a poco el sueño se va estabilizando y, como explica a laSexta, "es alrededor de los 3 años cuando se produce un cambio importante en los patrones de sueño: sobre esta edad, los niños/as ya duermen sólo una siesta diurna y el sueño nocturno cada vez es más seguido, empezando a darse algunas noches sin despertares. Pero aquí la variabilidad es enorme". Los despertares durante la noche serán más o menos frecuentes hasta los 5-6 años.

"Sí, hasta esa edad, los despertares nocturnos todavía son frecuentes y, cuanto menor es la criatura, más probable es que se despierte. Pero esto responde a la propia naturaleza del sueño infantil y no indica que haya ningún problema asociado".

Es alrededor de los 3 años cuando se produce un cambio importante: el sueño nocturno es cada vez más seguido, empezando a darse algunas noches sin despertares. Pero hasta los 5-6 años pueden ser más o menos frecuentes

Alberto Soler, psicólogo

"Pero cuando superamos la barrera de los 6 años, la mayoría de los niños/as ya suelen dormir sólo por la nochey sin despertares nocturnos (y, si se producen, son con baja frecuencia y sin alterar el descanso de la criatura o de la familia)", asegura el experto. Así que hasta entonces: paciencia.

Porque lo sí que "no recomendaría serían programas de modificación de conducta basados en dejar llorar al niño para que 'aprenda' a dormir. Los niños ya saben dormir desde que nacen", insiste Soler.

Por lo que "lo primero de todo será recordar que los despertares nocturnos a esa edad son habituales y no indican, por sí mismos, ninguna patología. Por ello, lo mejor es acompañar a la criatura, consolarla si tiene miedo, mostrarnos disponibles y ayudarle a conciliar el sueño, que suele ser la mejor estrategia".

También, otro recurso o consejo para minimizar los despertares y mejorar el descanso familiar, es dormir con nuestros hijos/as: "Muchas familias optan por esto, lo cual es algo perfectamente válido y no comporta ningún problema a nivel psicológico o emocional", refiere el experto.

"Hay casos en los que durante una temporada la criatura comienza la noche en su habitación, pero amanece en la de los padres porque durante la noche ha despertado y al ir a buscarles se ha quedado a dormir con ellos (o, directamente, la madre o el padre le han invitado a su cama). Lo importante es manejarlo con naturalidad, comprendiendo que es una fase más de su desarrollo", finaliza Soler.