A veces hay cosas que se intentan esconder con mejor o peor fortuna. Por ejemplo, las ventosidades. Aunque no es lo más educado tirarse un pedo en un sitio público, mucha gente intenta camuflar su sonido ya que su olor es más complicado.

Quizá es lo que intenta hacer la chica de este vídeo presentado por Dani Mateo. Como se puede ver, la joven está disfrutando de un baño en una piscina de barro sonriente cuando, de repente, una enorme burbuja aparece a su espalda.

La chica, al darse cuenta, mira hacia atrás sorprendida por la magnitud de la pompa. Mientras, el resto de personas en la piscina siguen a lo suyo ajenos al momentazo. Por suerte, lo único que emerge hacia la superficie es el gas de la ventosidad y no el olor que las suele acompañar.