Una mascarilla quirúrgica nos la debemos cambiar cada cuatro horas, mientras que una FFP2 puede durarnos un día. Si no, pueden aparecer bacterias y pueden ser un gran foco de infección y causarnos problemas como la neumonía. Sin embargo, por temas económicos, muchas familias no las están llevando el tiempo adecuado.

Por este motivo, es muy importante la higiene de las mascarillas, tal y como ha destacado Boticaria García en laSexta Noche, quien ha recomendado las mascarillas de tela porque, aunque cada una cuesta "entre seis y ocho euros, pueden aguantar hasta 50 lavados, por lo que son dos meses de duración".

En este sentido, Boticaria García ha destacado que lo más importante de las mascarillas de tela es que "cumplan la norma UNE 0065" y "no ponernos cualquier trapo de tela". "Habría que lavarlas con cada uso de cuatro horas, por lo que es bastante económico, mucho más que 96 céntimos de mascarilla quirúrgica en cada uso", ha manifestado.

Para Boticaria García, "el problema de las mascarillas quirúrgicas y las KN95 es que son de un solo uso y no se deben desinfectar". De hecho, tal y como ha recordado, "el ministerio de Sanidad desaconseja utilizar la radiación ultravioleta y el ozono caseros".

Y a la pregunta de qué pasa cuando pulverizamos una mascarilla quirúrgica con alcohol, Boticaria García nos ha respondido con un experimento en el que, en un primer momento, ha puesto agua encima de la mascarilla y no se filtraba por la cama impermeable. Sin embargo, al pulverizar alcohol, el agua de filtraba.

De esta forma, Boticaria García ha demostrado que al pulverizar alcohol en la mascarilla, "las fibras se pueden dañar y la capa impermeable se puede degradar". "Deterioramos el filtro y es peor el remedio que la enfermedad. La solución es que podemos alargar su uso a dos días, pero nunca pulverizarlas", ha afirmado.