El precio del fuego
Arriesgan su vida entre llamas, pero cobran como peones: la dura realidad de los bomberos forestales en España
Sí, pero A pesar de que el Consejo de Ministros aprobó en 2024 que todos los trabajadores que combaten figuren como bomberos forestales, la mayoría sigue cobrando alrededor de 1.300 euros y solo alcanza cifras mayores trabajando cientos de horas extra y sumando algunos pluses.

Mientras los incendios arrasan bosques y montes en Castilla y León y otras comunidades, los bomberos forestales se juegan la vida cada día intentando controlar el fuego. Muchos de ellos lo hacen con sueldos y condiciones laborales que no reflejan el riesgo que enfrentan. Tras jornadas de 14 horas intensas, algunos deben dormir en el suelo mientras tratan de recuperar fuerzas para volver al combate al amanecer.
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha asegurado que algunos brigadistas podrían percibir entre 1.800 y 2.000 euros, incluyendo las asistencias a incendios, y que los trabajadores de Tragsa, empresa pública dependiente del Ministerio, cobran alrededor de 1.300 euros.

Sin embargo, según sindicatos y nóminas revisadas por laSexta, la realidad es más compleja. La mayoría de estos trabajadores figuran como 'peón especializado', con salarios base muy por debajo de lo que correspondería al riesgo que enfrentan. Algunos alcanzan los 2.000 euros en agosto, pero solo porque realizan más de 300 horas de trabajo y se suman pluses como el de seguridad, no porque ese sea su salario real.
La categoría laboral es clave. En 2024, el Consejo de Ministros aprobó que todos los trabajadores que combaten incendios deberían estar dados de alta como bomberos forestales, con mejores derechos, salario y reconocimiento del riesgo. Sin embargo, como señalan los sindicatos, prácticamente nadie tiene esa categoría. Esto limita la cobertura frente a enfermedades laborales, la cotización de cara a la jubilación y otros derechos laborales.
El plus de peligrosidad, según el convenio de Comisiones Obreras, es de apenas 2,20 euros por hora frente a las llamas, una cifra que no varía significativamente en otras comunidades. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid, un bombero forestal contratado también como peón recibió en julio 1.200 euros.

Los testimonios de los propios bomberos revelan una situación precaria y desgarradora. Uno de ellos compartió un vídeo con laSexta donde se ve a brigadistas agotados durmiendo en vehículos o en el suelo, sin mantas ni colchonetas. "Yo, ni tan mal, que tengo un sitio blando para dormir", relata un trabajador que pidió que se distorsionara su voz por miedo a represalias. "Pero otros compañeros están en un local, en el suelo, sin nada. Así funciona la operativa de Castilla y León". Otro bombero, en Espejo Público, aseguró que Castilla y León es "la más precaria de toda España" y relató que, en ocasiones, su alimentación se limita a una lata de sardinas y un trozo de pan.
Ante estas denuncias, Mañueco ha insistido en que la Junta ha movilizado todos los medios disponibles: "Muchas veces puede dar la sensación de falta de coordinación. No, el problema es que lo que se produce es una cuestión de condiciones meteorológicas extremas, excepcionales. Todos los medios terrestres y aéreos que hubiéramos podido tener eran incapaces de controlar el incendio".
Mientras los dirigentes discuten cifras y nomenclaturas, persiste la incógnita: ¿cuántos trabajadores están realmente dados de alta como bomberos forestales en Castilla y León? La Junta y la Diputación de Incendios Forestales han declinado aclararlo. Lo que sí queda claro es la realidad de quienes cada día se enfrentan al fuego: jornadas interminables, salarios que no reflejan el riesgo y un trabajo que se ha convertido en una lucha silenciosa contra las llamas… y contra la precariedad.