El efecto Soto del Real

Santos Cerdán entra en prisión negándolo todo: ¿mantendrá su silencio o la cárcel le hará tirar de la manta?

¿Por qué es importante? Tras una defensa férrea basada en negar audios, contratos y cobros, el juez le encierra por riesgo de fuga y destrucción de pruebas. La cárcel puede ser el punto de inflexión para que empiece a colaborar o a tirar de la manta.

Santos Cerdán entra en prisión negándolo todo: ¿mantendrá su silencio o la cárcel le hará tirar de la manta?

Ni victimismo, ni negaciones, ni frialdad han servido esta vez. Santos Cerdán, exnúmero tres del PSOE y hasta hace poco hombre fuerte en Ferraz, ha sido enviado este lunes a prisión provisional. La decisión la ha tomado el juez después de escuchar su declaración. A diferencia de lo ocurrido con otros implicados, como Ábalos o Koldo García, el magistrado considera que en su caso sí hay riesgos reales y concretos: de fuga, de destrucción de pruebas y, sobre todo, de que sepa demasiado.

El auto es claro: su domicilio aún no ha sido registrado, su patrimonio no se ha investigado a fondo, y el supuesto dinero en B —que algunos sitúan en el extranjero— sigue sin aparecer. Demasiadas incógnitas, demasiado poder en la trama, demasiado margen para hacer desaparecer cosas si se le deja en libertad.

La estrategia: negarlo todo y no parpadear

Santos Cerdán ha seguido este lunes la misma línea de defensa que viene usando desde el principio: negar absolutamente todo. Ha dicho que los audios no son válidos, que el contrato de Servinabar es papel mojado, que no ha cobrado ni amañado nada. Y además, ha intentado venderse como víctima de una operación política contra él.

Su actitud ha sido la misma que en lo últimos meses: "imperturbable". Ni las grabaciones, ni los documentos, ni las conexiones con otros implicados le han hecho moverse un centímetro. Pero esta vez, su templo no ha bastado: el juez ha dicho basta.

A diferencia de otros que han podido salir en libertad con medidas cautelares, en el caso de Santos Cerdán se ha cruzado una línea roja. No solo por lo que sabe, sino por lo que aún o se ha contado.

¿Resistirá en prisión o acabará hablando?

Y aquí viene la gran pregunta: ¿cuánto tiempo va a mantener esa estrategia desde la cárcel? Porque ya lo hemos visto antes. La prisión cambia muchas cosas. Cambia tiempos, cambia lealtades… y cambia versiones. El caso de Francisco Granados es un buen ejemplo. Estuvo año y medio en prisión preventiva, y al salir comenzó a insinuar que algunos informes de la Guardia Civil eran erróneos. Empezó a hablar. A dejar caer. A abrir puertas.

Y por supuesto, está Luis Bárcenas. Entró en Soto del Real diciendo que todo era legal. Salió con otra actitud: dispuesto a tirar de la manta si eso le servía para negociar su situación. Primero amenazó con hablar. Luego habló. Hasta que acabó admitiendo lo que antes negaba: donaciones en B, sobresueldos y financiación ilegal. Su famosa frase fue: [[LINK:EXTERNO|||https://www.lasexta.com/programas/el-intermedio/mejores-momentos/luis-barcenas-%E2%80%9Che-hecho-caso-mariano-rajoy-sido-fuerte%E2%80%9D_2015012257256dcf6584a81fd88377f3.html|||"Luis ha sido fuerte… de verdad"]].

¿Qué hará Santos Cerdán?

Este lunes, Santos Cerdán ha entrado en prisión con el discurso intacto y sin un gesto de debilidad. Pero empieza ahora otra etapa. El aislamiento, la presión y el ruido mediático pueden hacer mella. Ya no tendrá focos, ni portavoces, ni comunicados oficiales. Tendrá tiempo. Y silencio.

La pregunta es cuánto aguantará. Cuánto tardará en preguntarse si merece la pena sostener la versión… o si le sale más a cuenta contar lo que sabe.

Porque si Santos Cerdán empieza a hablar, no va a ser una manta lo que caiga. Puede ser una alfombra roja. Directa a Ferraz.