Entre tijeras y contratos
Cada viernes un recorte, cada viernes un negocio: la doble cara de Montoro en los años más duros de la crisis
La otra cara Mientras el país enfrentaba los recortes más duros en sanidad, educación y pensiones durante la crisis, el bufete de Montoro cerraba contratos con grandes corporaciones que resultaron ser beneficiadas por las decisiones que él mismo impulsaba desde el Gobierno.

Durante años, en España, los viernes no eran solo viernes. Eran 'viernes de dolores'. Así se les llamaba a los días en que el Gobierno de Rajoy —con mayoría absoluta— salía del Consejo de Ministros con un nuevo recorte bajo el brazo. Cada semana tocaba algo: sanidad, educación, pensiones, dependencia, empleo… Nadie se libraba de la tijera.
Y al frente de esos recortes estaba Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda. Él era quien anunciaba dónde apretaba el cinturón esta vez. Pero mientras pedía sacrificios a todo el país, él no parecía sufrir mucho. Al contrario: según una investigación judicial, mientras recortaba desde el BOE, Equipo Económico, su despacho privado crecía en beneficios.
Los recortes empezaron el mismo día que llegó
Rajoy llegó a la Moncloa en diciembre de 2011 y ese mismo mes ya se aprobó un hachazo: 9.800 millones de euros menos en gasto público. Y aquello solo era el aperitivo. En los primeros meses de 2012 cayeron los grandes recortes sociales. Y con ellos, un anuncio de Montoro: una medida para que los ayuntamientos pidieran créditos y pudieran pagar a sus proveedores.
Se vendió como un plan para salvar a pequeñas empresas, pero la realidad fue otra. La mayor parte del dinero acabó en manos de grandes corporaciones, entre ellas Ferrovial. ¿Y qué dice la investigación judicial? Que Ferrovial contrató a Equipo Económico, justo para eso: para asegurarse de que cobraban.
El año más duro… para todos menos para algunos
2012 fue el año más duro. Se aprobaron los mayores recortes sociales desde la democracia: más de 13.000 millones. A la vez, Montoro impulsaba normas que beneficiaban a perfiles muy concretos. Por ejemplo, la Ley 16/2012, que permitió a los jugadores compensar las pérdidas con las ganancias obtenidas en apuestas, todo dentro del mismo ejercicio fiscal.
¿Resultado? Un empujón fiscal al sector del juego. Y según la investigación, una de las grandes beneficiadas fue Codere, también cliente del despacho de Montoro. Es decir: mientras se recortaba la sanidad pública, el despacho del ministro ayudaba a empresas de juego a pagar menos impuestos.
¿Y la educación y la sanidad?
En 2014, Montoro consolidó los recortes en los Presupuestos: 13.000 millones menos en sanidad y educación. Y mientras tanto, más regalos fiscales: esta vez, para las grandes empresas gasísticas.
Años después, en 2018 —ya con el Gobierno en la cuerda floja— volvió a echarles un cable. Esta vez, modificando el Impuesto de Actividades Económicas para que pagaran aún menos. ¿Consecuencia? Los ayuntamientos dejaron de ingresar millones, pero las grandes energéticas salieron ganando.
¿Dolores? Solo para los demás
Mientras miles de personas hacían cola en los ambulatorios, pagaban más por sus medicinas o veían cómo su escuela recortaba personal, Montoro comparecía riendo en ruedas de prensa, hablando de sacrificios y de responsabilidad.
Hoy, el sumario del caso que lo investiga ya tiene 18 tomos. 18 tomos que podrían resumirse así: los viernes eran de dolores… pero no para él.