Es un delito grave
Prevaricación judicial en España: casos escasos, motivos claros y vías legales limitadas
Los datos Cada año hay una sentencia por prevaricación, unos diez casos de jueces que se niegan a juzgar y algunos retrasos deliberados. Los motivos suelen ser dinero, amistades, enemistades, ideología o exceso de celo, y solo una querella que demuestre dolo y arbitrariedad puede procesar a un juez.

A días de la apertura del año judicial, el presidente del Gobierno sorprendió al acusar a algunos jueces de prevaricar. En televisión pública afirmó que "hay jueces haciendo política y políticos que tratan de hacer justicia", dando a entender que ciertas decisiones judiciales podrían estar guiadas por intereses personales. Probablemente, aludía a casos que afectan a su entorno familiar, pero, ¿qué dicen los números sobre la prevaricación en España?
La prevaricación es un delito grave: un juez dicta una resolución sabiendo que es injusta. Para entenderlo, pensemos en la Justicia representada vendada: la venda simboliza imparcialidad. Cuando un juez prevarica, esa venda cae y entra en juego un interés oculto.
Hay cuatro tipos de prevaricación:
- Intencionada: el juez actúa a sabiendas de su injusticia.
- Por error o torpeza: decisiones equivocadas pero no dolosas.
- Negarse a juzgar sin motivo: ignorar un caso deliberadamente.
- Retrasar deliberadamente una decisión judicial: dilatar el proceso a propósito.
Los datos muestran que la prevaricación es muy rara. En España se dicta, de media, una sentencia al año por prevaricación intencionada. Los casos de jueces que se niegan a juzgar suman apenas una decena al año. Incluso cuando se trata de retrasos intencionados, las cifras siguen siendo pequeñas. En otras palabras: la gran mayoría de las decisiones judiciales se toman con la venda puesta.
¿Por qué prevarican algunos jueces? Los motivos documentados incluyen:
- Dinero: un juez puede favorecer o perjudicar a alguien a cambio de pagos.
- Amistad o enemistad: casos donde relaciones personales influyen en la resolución de un juicio.
- Ideología: retrasar o favorecer decisiones según creencias personales.
- Exceso de celo: perseguir a los "malos" saltándose los límites legales.
Si alguien cree que un juez ha actuado sin la venda de la Justicia, la vía legal es presentar una querella. Pero no cualquier error basta: debe probarse que la actuación fue dolosa, arbitraria y claramente injusta. Si la decisión es defendible, aunque polémica, no hay prevaricación.