Cinco nuevos capítulos
'Manual de Resistencia. Volumen 2': las claves de Pedro Sánchez para esquivar la tormenta política
Los detalles Del 'y tú más' al 'me comió el lobo', Sánchez construye su defensa con cinco capítulos pensados para salir ileso: desviar culpas, retar al PP, esquivar explicaciones, mirar al 2027 y cerrar puertas en Ferraz.

Cuando muchos esperaban que Pedro Sánchez cediera ante la presión y se refugiara en el silencio, el presidente del Gobierno ha sorprendido con un giro inesperado: pasar a la ofensiva con dureza y sin contemplaciones. En su intervención este lunes en Ferraz, Sánchez ha presentado lo que bien podría ser la segunda entrega de su 'Manual de Resistencia'. Un volumen que abandona la cautela y adopta una estrategia de combate claro, en plena tormenta política.
Si el primer manual fue una guía para aguantar el temporal, este segundo tomo es una declaración de guerra política. Con un discurso afilado y sin rodeos, Sánchez ha trazado las líneas maestras de su nueva estrategia: atacar sin piedad a sus adversarios, externalizar las culpas, ganar tiempo para rearmarse y cerrar filas dentro de su partido. Estos son los cinco capítulos que resumen su hoja de ruta para sobrevivir y seguir en el poder.
Capítulo 1: Y tú más
El primer golpe del nuevo Sánchez es directo y claro: pasar al ataque. Ya no hay lugar para la conmoción ni para la indefinición. El presidente ha arremetido contra el PP y Vox con acusaciones contundentes: les ha acusado de intentar tapar la corrupción, perseguir a los denunciantes y fomentar la creación de "policías patrióticas" para controlar al disidente.
Además, ha lanzado dardos contra presidentes autonómicos implicados en graves escándalos, insinuando que ellos también deberían estar en el foco político. Para terminar, ha retado a la oposición: "Que me presenten ya la moción de censura, si es que tienen valor". El mensaje es nítido: Sánchez está listo para pelear.
Capítulo 2: No soy yo, son los otros
Ante las críticas por los errores que han sacudido su Gobierno y su partido, Sánchez ha optado por una táctica clásica: señalar a otros como los responsables. En concreto, ha apuntado a dos figuras clave: José Luis Ábalos y Santos Cerdán.
Curiosamente, ha eximido de culpa a Koldo, al que no considera dentro de su círculo de confianza. La frase más destacada ha sido: "El PSOE es una organización limpia", una declaración que intenta desligar la estructura del partido de cualquier sospecha o falta. La culpa es de individuos, no del sistema.
Capítulo 3: Me comió el lobo
En un giro literario, Sánchez ha invocado el cuento de 'Pedro y el lobo' para justificar su escepticismo ante las primeras alertas sobre Santos Cerdán.
Ha afirmado que no creyó en las acusaciones porque antes ya había sido víctima de demasiados bulos y rumores falsos. Es decir, por estar acostumbrado a falsas alarmas, cuando llegó el problema real no supo o no quiso reaccionar.
Capítulo 4: Ganar tiempo
La estrategia central de este nuevo manual es clara: controlar y alargar el tiempo para recuperar terreno. Sánchez ha marcado la vista en las elecciones generales de 2027, y mientras tanto ha planificado una serie de movimientos tácticos: reuniones intensas durante esta semana, auditorías en los próximos meses, comparecencias públicas solo cuando las fechas estén confirmadas y un Comité Federal el próximo 5 de julio.
El reloj se convierte en su aliado estratégico: cada minuto ganado es una oportunidad para recomponer fuerzas.
Capítulo 5: Los trapos sucios, en casa
Por último, Sánchez ha enviado un mensaje rotundo a su partido: las críticas y disputas internas deben permanecer dentro del PSOE. La unidad y la cohesión son vitales para superar la crisis y no dar munición a la oposición. Que hablen todos, pero en casa, recordando que las filtraciones o enfrentamientos públicos solo debilitan la imagen del partido y del Gobierno. Mantener la disciplina interna es condición sine qua non para resistir.
Este 'Manual de Resistencia Volumen 2' dibuja a un Pedro Sánchez que se niega a rendirse. Ha cambiado la táctica de la espera por la de la confrontación directa, apostando por un discurso combativo, la externalización de la culpa, la gestión del tiempo y la disciplina férrea dentro de su partido.
La pregunta ahora es si esta estrategia será suficiente para sostener su liderazgo y ganar la batalla política en un escenario cada vez más hostil.