Teorías sin evidencia
¿'Epidemia' de autismo? Lo que dicen los datos frente a las teorías de Trump y Kennedy sobre medicamentos y vacunas
Los detalles Aunque los diagnósticos han aumentado en los últimos años, la evidencia científica apunta principalmente a factores genéticos y a la detección temprana, desmintiendo que exista una crisis epidémica causada por Tylenol, leucovorina o vacunas.

El debate sobre el autismo en Estados Unidos se ha reavivado. El presidente Donald Trump ha afirmado que el paracetamol —conocido en EEUU como Tylenol— "es un factor muy importante" en el desarrollo del autismo, y ha instado a que las mujeres embarazadas eviten su consumo durante los primeros meses de gestación.
En paralelo, Trump ha propuesto un tratamiento basado en leucovorina, un medicamento que normalmente se utiliza para corregir deficiencias de vitamina B9, y que, según él, podría revertir algunos síntomas del trastorno. Todo ello ocurre pese a que no existe evidencia científica que respalde estas afirmaciones.
Al frente de esta política sanitaria se encuentra Robert F. Kennedy Jr, sobrino del presidente John F. Kennedy y conocido por sus posturas antivacunas. Kennedy ha declarado en varias ocasiones que el aumento de casos de autismo es "inducido artificialmente" y que los niños con esta condición "nunca tendrán un trabajo ni una cita".
También ha afirmado que las vacunas son peligrosas, comparando la obligación de vacunarse con vivir "en el Tercer Reich". Además, ha hecho otras afirmaciones polémicas sobre salud pública: asegura que la vacuna del sarampión "mata" y que la industria alimentaria "envenena" a la población. Su discurso se ha enmarcado bajo el lema 'Make America Healthy Again'.
Los datos oficiales muestran que uno de cada 31 niños en Estados Unidos tiene autismo, frente a uno de cada 36 hace cinco años. Lejos de tratarse de una "epidemia", los especialistas aseguran que este incremento se debe a una detección más temprana y precisa. La mayoría de los estudios apunta a factores principalmente genéticos, aunque continúan las investigaciones sobre posibles causas ambientales.
Trump ha encargado a trece equipos científicos investigar estas "hipótesis ambientales". Sin embargo, los expertos advierten que los plazos planteados son irreales y la base científica débil. Mientras tanto, el presidente mantiene un discurso polémico sobre las vacunas infantiles, comparando la administración de múltiples dosis a bebés con la de caballos: "Cinco inyecciones… a veces 80 vacunas diferentes. Es como inyectar a un caballo. Es horrible".