Una herida abierta

El asalto al Palacio de Justicia que mezcló guerrilla, narcos y decisiones del gobierno de Colombia

¿Qué pasó? Hace 40 años, jueces, empleados y rehenes quedaron atrapados durante 28 horas en el Palacio de Justicia de Colombia. Entre fuego, explosiones y disparos, más de 100 personas murieron, y muchas familias todavía no saben qué sucedió realmente aquel día.

El asalto al Palacio de Justicia que mezcló guerrilla, narcos y decisiones del gobierno de Colombia

Hace 40 años, Colombia vivió uno de los días más oscuros de su historia reciente. Era el 6 de noviembre de 1985, y todo empezó con el sonido de ametralladoras. Un ruido que ese día llenó de miedo a Bogotá y estremeció al país entero: las milicias del M19 asaltaban el Palacio de Justicia. Durante 28 horas, la democracia pendió de un hilo, y hoy, cuatro décadas después, las heridas siguen abiertas.

Los familiares de las víctimas —rehenes, jueces y trabajadores del edificio— aún reclaman justicia. Muchos recuerdan que, mientras pedían auxilio, el Gobierno los dejó solos. Incluso el presidente colombiano, Gustavo Petro, ha señalado que ninguno de los jueces asesinados murió a manos del M19, sino del ejército que retomó el Palacio.

Un ataque planeado… y financiado por el narco

La toma del Palacio no fue casual. Apenas una hora antes de que la Corte debatiera la temida Ley de Extradición —un golpe directo al imperio de Pablo Escobar— los guerrilleros irrumpieron en el edificio. Según investigaciones de la época, Escobar financió al M19 para evitar que la ley avanzara, sin querer mancharse él mismo de sangre.

El Palacio, con solo dos salidas, se convirtió en una trampa para jueces y empleados. Los magistrados pidieron ayuda desesperadamente: "Por favor, que nos ayuden, que cese el fuego. La situación es dramática", gritaba el presidente de la Corte Suprema. Los guerrilleros, por su parte, intentaban negociar la liberación de los rehenes, pero el Gobierno se negó.

Fuego, tanques y caos

Entonces llegó el ejército. Lo que debía ser un rescate rápido se transformó en una batalla campal. Los rehenes llevaban más de 12 horas encerrados cuando las llamas comenzaron a devorar el edificio. A las ocho de la noche, entre disparos y explosiones, se perdió toda comunicación con el interior.

Para la mañana siguiente, el Gobierno anunció que estaba dispuesto a negociar. Pero ya era tarde. Más de 100 personas murieron ese día, según las cifras oficiales. Sin embargo, los familiares aseguran que hay cosas que nunca se contaron: existen imágenes inéditas que muestran a trabajadores saliendo con vida del edificio… y que nunca regresaron a sus hogares.

40 años después, siguen las preguntas

Cuatro décadas después, la herida sigue abierta. Los familiares no saben con certeza quién mató a sus seres queridos: si fueron los guerrilleros o el ejército. Tampoco está claro quién ordenó la toma ni por qué el Gobierno no actuó para salvarlos.

El asalto al Palacio de Justicia no solo destruyó un edificio emblemático, sino que dejó una cicatriz en la memoria del país. Preguntas sin respuesta, dolor acumulado y un reclamo de justicia que todavía resuena, cuatro décadas después.

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