Cisma en la extrema derecha

De aliados a enemigos: la pelea a cara perro de Vox y Revuelta, su organización juvenil

Los detalles Lo que antes era colaboración entre Vox y su organización juvenil ahora es un conflicto abierto. Dimisiones, denuncias y audios filtrados por presunto desvío de fondos de la DANA muestran que hoy ambos grupos reniegan mutuamente y se enfrentan públicamente.

De aliados a enemigos: la pelea a cara perro de Vox y Revuelta, su organización juvenil

La extrema derecha española vive un cisma sin precedentes. Vox y su organización juvenil, Revuelta, han pasado de mostrarse como un frente unido a protagonizar una guerra abierta, marcada por acusaciones de financiación irregular, dimisiones y denuncias ante la Fiscalía.

El detonante está en el dinero recaudado para ayudar a las víctimas de la DANA en Valencia. Según audios publicados por 'El Plural', un exvicepresidente de Revuelta, Arturo Villa, asegura que dirigentes de Vox habrían intentado apropiarse de donaciones: "Revuelta, oye, deja de existir, por lo que sea, nos inventamos alguna pollada. Sin que el público piense que es de Vox… Muerto el perro, se acabó la rabia."

Un asesor del partido confirma que "hemos pedido dinero para la DANA y no lo hemos gastado en la DANA", reconociendo que fondos destinados a los afectados no llegaron a su destino. Mientras tanto, los miembros de Revuelta se mostraban en vídeos como héroes, criticando a las ONG que ayudaban a las víctimas y recaudaban fondos.

Hoy, Vox y Revuelta niegan cualquier vínculo. La portavoz en el Congreso, Pepa Millán, afirma: "No forman parte de Vox, no puedo comentar una organización que no se encuentra en Vox". Por su parte, Jaime Hernández, presidente de Revuelta, defiende que su grupo es completamente independiente.

Lo que ha ocurrido en medio son luchas internas por el poder y el dinero dentro de Vox, que se han reflejado en su juventud: dimisiones, denuncias ante la Fiscalía y audios que muestran la tensión y el intento de tapar irregularidades.

De aliados a enemigos

Durante años, Vox y Revuelta se presentaban como un frente unido: apoyos mutuos, manifestaciones conjuntas, protestas polémicas como la de Ferraz, donde acabaron apaleando un muñeco de Pedro Sánchez, e incluso movilizaciones contra la amnistía.

Ahora, los dos grupos se desmarcan públicamente y se acusan mutuamente. Vox denuncia un posible desvío de cientos de miles de euros; Revuelta lo niega, pero no presenta auditorías ni documentos que demuestren su inocencia. La unidad que proyectaban se ha desmoronado.

Este conflicto llega en un momento delicado. En apenas siete días, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se enfrentará en un cara a cara con el nuevo presidente valenciano. Sobre la mesa está la reconstrucción tras la DANA, con objetivos claros:

  • Mejorar el respeto y la reparación de las víctimas.
  • Recuperar viviendas, comercios y colegios afectados.
  • Planificar nuevas infraestructuras para evitar otra riada.

Mucho espíritu navideño será necesario para que ambas partes lleguen a algún acuerdo.

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