Políticos investigados por abusos

Cuando la política se enfrenta al acoso: denuncias que sacuden partidos y obligan a hablar de protocolos que casi nadie cumple

¿Por qué es importante? De alcaldes denunciados por tocamientos y mensajes sexuales a políticos investigados por acoso laboral, los casos recientes muestran que los protocolos existen, pero casi nadie los cumple, y que cada vez más víctimas y políticos se atreven a levantar la voz.

Cuando la política se enfrenta al acoso: denuncias que sacuden partidos y obligan a hablar de protocolos que casi nadie cumple

El PSOE ha denunciado al alcalde de Algeciras por presunto abuso sexual, basándose en mensajes de WhatsApp que circulaban en un grupo privado. Entre ellos se incluyen acusaciones como haber tocado "el culo delante de todo el mundo", "meter mano por debajo de la mesa" o pedir a otros que le "vieran cómo mean". Sin embargo, las presuntas víctimas han negado haber sufrido acoso o abuso sexual, dejando el caso en un terreno muy polémico.

Denunciar nunca es fácil. No solo se trata de enfrentarse al agresor, sino a un entorno que muchas veces prefiere callar. Nevenka, la primera política española que denunció acoso sexual en su grupo de gobierno, lo describió como un infierno.

Tras ganar el juicio contra su acosador, el exalcalde de Ponferrada Ismael Álvarez, sufrió un acoso social tan intenso que tuvo que marcharse de España para poder seguir con su vida. 15 años después, su caso sigue siendo un referente de lo difícil que es levantar la voz en política, y de cómo todavía hoy, muchas organizaciones tratan de cerrar y silenciar estas denuncias.

El 'Me Too' llega a todos los partidos

En el último año, las denuncias contra políticos de casi todos los partidos han empezado a escucharse con fuerza, dando la sensación de un 'Me Too' en la política española. En octubre de 2024, decenas de denuncias anónimas señalaban a Íñigo Errejón por violencia sexual, psicológica y abuso de poder, lo que provocó su dimisión.

En su carta de renuncia, hablaba de haber llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona, una frase que muchos interpretaron como un reconocimiento indirecto a las acusaciones. Errejón fue denunciado formalmente por la actriz Elisa Mouliaá y, aunque negó las acusaciones, sigue siendo procesado porque el juez considera que hay indicios de agresión sexual.

Después llegaron las acusaciones contra Juan Carlos Monedero, con varios relatos de violencia sexual. Dos denuncias fueron archivadas por la fiscalía, aunque se constató que Monedero profirió expresiones machistas e insultos a varias alumnas. Más adelante, ERPV suspendió de militancia a su presidente en Valencia, Josep Barberà, tras investigarle por un presunto acoso sexual a la exsecretaria general de la formación.

El PP, además del caso de Algeciras, ha vivido otros escándalos recientemente. Francisco Titos, exalcalde popular de Granada, fue condenado en diciembre de 2024 por acoso y agresión sexual a una compañera tras dimitir y abandonar el partido. Por su parte, Vox comenzó este año con la condena de Arturo Torres Escamilla, ex portavoz en Huércal de Almería, por agresión sexual a una menor, tras haber presentado su dimisión por motivos personales.

Todos estos casos se suman a un contexto más amplio de denuncias y condenas por violencia machista, en un momento en el que cada vez más mujeres están levantando la voz, tanto en política como en el mundo laboral. En España, según datos recientes, el 28% de las mujeres ha sufrido acoso en el trabajo, y en la mitad de los casos, el acosador era un superior.

Cómo actuar ante el acoso sexual en el trabajo

Denunciar siempre es una decisión de la víctima, pero hay pasos claros para protegerse. Lo primero es activar el protocolo de acoso de la empresa, que todas las compañías están obligadas a tener, dejando constancia por escrito. Luego, es fundamental reunir y conservar pruebas como mensajes, testigos o documentos, y buscar apoyo externo, ya sea a través de sindicatos o abogados laboralistas. Finalmente, se puede presentar una denuncia formal, tanto en Inspección de Trabajo para sancionar a la empresa, como en Policía o Guardia Civil, si los hechos constituyen un delito.

A pesar de la ley de Igualdad de 2007, que obliga a todas las empresas a tener protocolos de prevención, el control sigue siendo escaso: solo el 50% de las compañías cuenta con un protocolo activo, según estudios de Adecco e InfoJobs. Esto refleja que, más allá de los casos concretos en política, el problema del acoso sexual es estructural, y que aún queda mucho por hacer para proteger a las víctimas y garantizar entornos seguros y justos.

El caso de Algeciras, junto con los escándalos recientes en casi todos los partidos, muestra que el 'Me Too' ha llegado a la política española, pero que levantar la voz sigue siendo complicado y doloroso. La sociedad y las organizaciones tienen por delante el reto de escuchar, proteger y actuar, para que casos como el de Nevenka no tengan que repetirse.

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