La Roca se desplaza hasta un edificio propiedad de la Iglesia situado en primera línea de playa en Benidorm. Aunque está inscrito para uso religioso, sus apartamentos con vistas al mar en realidad se alquilan a turistas. "Lo alquila el vicario de aquí", confirma a La Roca una huésped, que explica que lleva veraneando allí más de dos décadas. ¿El precio? "Una quincena, 800 euros, julio y agosto más caro", precisa.

Asunción Villaverde, portavoz de la asociación Europa Laica, denuncia que "están haciendo una competencia desleal". "Hay gente que está de vacaciones y en lugar de pagar el alquiler, lo que paga es una donación", expone, indicando que "después se la deduce de la declaración de la renta".

Para ahorrarse impuestos, señala, "lo que hacen es poner un altar en una de las habitaciones y con eso ya se registra como vivienda que está dedicada al culto para eximirse de pagar el IBI". "Es una de las muchas trampas que hace la Iglesia para no pagar impuestos que pagamos todos los demás", asevera.

Sin embargo, la religiosa que ejerce allí como sacristana defiende que el inmueble "es un complejo de vecinos" que distingue de la parroquia y sostiene que allí "no hay ningún turista", a pesar de que las cámaras graban a varias personas entrando y saliendo. Sin embargo, aunque niega que los apartamentos pertenezcan a la parroquia, en el catastro figuran la torre y el edificio como uno solo y con uso religioso.