"Absolutamente increíble"
La reacción de un catedrático al ver que se vendía carne condimentada con un material de construcción: "Puede acarrear problemas gravísimos, incluso la muerte"
Ricardo Díaz, catedrático en química, ha mostrado su asombro a Equipo de Investigación cuando ha conocido que una empresa cárnica echaba Rualaix, un producto de construcción, para mejorar la apariencia de una carne en estado de descomposición.

Cuando la Policía Nacional entra en la nave de una empresa cárnica investigada en Leganés (Madrid), descubre 30 kilos de Rualaix, un material de construcción que, según el testimonio de un trabajador, se echaba a la carne en descomposición para mejorar su apariencia.
Según la investigación, el producto se adquiría en establecimientos cercanos. Equipo de Investigación acude a una tienda donde se venden pinturas y habla con el vendedor, que explica para qué sirve el Rualaix: "Para cubrir el gotelé. Es un producto que viene en polvo. Es inoloro, no tiene un olor especial". Y, al preguntarle si se le puede echar a un alimento, el vendedor muestra su asombro: "¿Carne con esto? Es un producto que no es apto para el consumo".
El Rualaix es un material prohibido en contacto con la piel y los ojos. Con la ayuda de un experto en química, Equipo de Investigación comprueba cómo reacciona el producto al contacto con la carne. Ricardo Díaz, catedrático en química, explica las diferencias de una carne en buen estado de una en descomposición: "Lo primero, el olor. Es clarísimo el olor a putrefacción que tiene esta carne. Es un olor muy característico. Y en segundo lugar, el color de la carne en descomposición es claramente diferente al de la carne en buen estado. La frescura se nota en el propio brillo de la carne".
Ahora bien, como muestra Ricardo Díaz, la carne en descomposición mejora su aspecto al echarle Rualaix: "Se puede ver perfectamente que el color ha cambiado totalmente. Han desaparecido (las manchas verdes), pero esto no deja de ser un maquillaje". La carne podrida ha recuperado su color. A simple vista parece fresca, pero dentro sigue la putrefacción.
"El material en sí no te va a provocar una enfermedad grave, lo más cálculos en los riñones, pero claro, no dejas de tomar carne en mal estado y, al final, te estás tomando unos microorganismos, estás comiendo carne en descomposición, que lo mínimo que te puede provocar es una fuerte diarrea y lo máximo es una muerte. Y esto sí que va a depender mucho de la persona, de la calidad de salud que tenga en ese momento", afirma el catedrático en química.
Además, Díaz apunta que el consumidor "el consumidor no se da cuenta de que está consumiendo una carne en muy mal estado": "Le puede acarrear problemas gravísimos. Insisto, incluso la muerte. No, es que además no se le puede ocurrir a nadie. Desviar un material de construcción a consumo humano es absolutamente increíble".
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