Angeline, el cebo de la banda, se hacía pasar por brasileña y dominicana en sus contactos con las víctimas a través de Badoo. Sin embargo, en realidad, es venezolana. Antes de venir a España, le escribió mensajes directos en Twitter al expresidente de Venezuela, Hugo Chávez: "Hola, mi querido presidente. Disculpa que te moleste pero no tengo casa y tengo cuatro bebés. Mi esposo no gana muy bien y jamás me he podido censar".

En la biografía de su perfil se definía como mujer cristiana y desveló su lugar de origen: Maracaibo, la segunda ciudad más importante del país tras Caracas.

Buscamos los orígenes de la venezolana en una conflictiva barriada y localizamos a la persona que mejor la conoce: su madre. Desde que Angeline se marchó, ella es la encargada de criar a sus cuatro hijos. "Mi hija es muy alegre. Tiene tercer semestre de Enfermería y tiene sus cuatro hijos", cuenta Flor María Landazábal, madre de Angeline.

La mujer explica el motivo por el que su hija se fue de Maracaibo: "Se fue por lo que estamos viviendo aquí en Venezuela, la falta de comida, medicamentos; su padre estaba enfermo y no teníamos para medicinas; sus hijos además estaban estudiando y el sueldito mío no nos abastecía para nada".

"Entonces ella consiguió esa oportunidad de irse y me dijo que en cuanto consiguiera trabajo me enviaba dinero para que comprase comida y eso. Ese fue el motivo que a ella le llevó hasta allá", defiende, añadiendo: "Me dijo que cuidase de sus hijos y se fue".

Flor María Landazábal dice que conoce la situación actual de Angeline: "La conocimos toda por periódicos; lo primero que me dijeron fue que mi hija había extorsionado, había matado a un señor y que se habían robado unos carros", cuenta entre lágrimas.

"Cuando recibí la noticia me dio un dolor en el pecho, no podía respirar, se me fue por completo todo. Llamaron corriendo a mi hijo que es enfermero y me llevaron al hospital. Después me inyectaron algo y se me pasó. Mi hijo averiguó todo por las redes y poco a poco me fue dando la noticia y yo, poco a poco, la he ido superando", cuenta.

Asimismo, la mujer defiende la inocencia de su hija. "Yo no creo que mi hija haya hecho eso. No lo creo porque, aparte de que es mi hija y la llevé nueve meses en mi vientre, es la madre de mis nietos. Yo no creo capaz de que ella haya hecho eso y, además, en tan poco tiempo, porque mi hija solo llevaba tres meses en España", expresa.

A la pregunta de si tiene contacto con su hija, Flor María Landazábal responde que solo han "recibido tres o cuatro llamadas": "Yo dormía con mi teléfono al lado hasta que una vez al llegar de mi trabajo sonó el teléfono y el hijo menor, Axelito, dijo: '''¡Mami Angeline, mami Angeline!'".

"Yo sabía que ella iba a llamar a mi teléfono. Ella me llamó, me pidió la bendición y me dijo: 'Mamá, yo soy inocente, no he matado a nadie'. Me preguntó que dónde estaba Axel, su hijo pequeño, se lo pasé y le dijo: 'Axelito, bebé, no creas todo lo que los diarios dicen. Yo soy inocente, yo no he matado a nadie'. No os preocupéis por mí, no lloréis", recuerda la madre de Angeline.