16 años antes de su encierro con las monjas clarisas en Belorado, un fotógrafo y su redactora entrevistan a Pablo de Rojas, que entonces tiene 29 años. Les cita en un edificio situado en una de las mejores zonas de Bilbao. "A la hora de entrar parecía que estábamos pasando en un portal temporal de 2008 a 1950", comenta el fotógrafo, que explica que su doncella llevaba cofia, que el falso obispo tenía un retrato de Franco y que daba misa en una habitación a sus dos sirvientes.
Sobre Rojas, el fotógrafo afirma en el vídeo sobre estas líneas que "se le veía con aires de grandeza": "Yo notaba como un ambiente como de sumisión", añade.
Equipo de Investigación también tiene la oportunidad de entrevistar en el vídeo sobre estas líneas a una de sus vecinas: "Si te encontrabas con él en la escalera, te bendecía sin mediar palabra", asegura.
Hemeroteca Equipo de Investigación
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El joven reconoce estar "arrepentido" de lo que había hecho. "No podía controlar qué se hacía con esos datos, los había vendido", explica, destacando que lo hizo por una "especie de rabia o venganza contra un juez".