Mikel Ayestaranconecta en directo con el plató de El Intermedio para informar sobre la situación actual de la franja de Gaza desde Jerusalén. "Poco a poco se están consiguiendo cosas, lo que pasa es que estamos hablando, más que de una guerra, de una venganza, por eso, hay de 1.400 israelíes muertos y más de 200 secuestrados" por parte de Hamás, explica el corresponsal, que analiza los resultados de los movimientos diplomáticos de los países.
"Los casos que se están logrando por tercer día consecutivos, por ejemplo, es la entrada de ayuda humanitaria", afirma Ayestaran, que, sin embargo, recuerda que, como dicen desde los organismos internacionales "es una gota de agua en el océano para las necesidades de más de un millón de desplazados en el sur de la franja". "Están entrando medicina, agua y comida, pero no permiten combustible, algo necesario para que los generadores de los hospitales y la planta depuradora sigan funcionando", afirma el periodista, que recuerda también la liberación de algunos rehenes.
"Ahora mismo las armas están hablando", destaca Ayestaran, que afirma que "tenemos un momento de máxima violencia": "Ni Hamás ni Israel parecen dispuestos a aceptar un alto al fuego. Se va a necesitar tiempo". Sobre la incursión inminente por tierra del ejército de Israel en Gaza, Ayestaran afirma que "los militares quieren entrar sí o sí": "Hay tensión entre el ejército y el Gobierno, que parece que está bajo la presión de EEUU para retrasar esta operación terrestre". Y es que EEUU quiere tiempo para "solucionar la toma de rehenes, entre más ayuda humanitaria y para tener en alerta a sus tropas porque saben que si Israel entre por tierra otros grupos vinculados a Irán podrían atracar sus intereses en países como Iraq".
"Los militares están muy dolidos porque sienten que han fallado a su pueblo y que la única manera de acabar con Hamás es entrar por tierra cueste lo que cueste para buscar al enemigo", afirma Ayestaran, que destaca que mientras tanto hay unos "bombardeos brutales": "Se están borrando barrios enteros, son más de 5.000 víctimas, la mayoría, mujeres y niños".
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