Una a una, los voluntarios recogen las miles de pequeñísimas bolas de plástico que se encuentran en sus playas, un trabajo que se realiza a mano por el diminuto tamaño de estos microplásticos. Con escobas y pequeños coladores lo hacen operarios contratados por el Ayuntamiento en Porto do Son, en A Coruña. "Estamos con rastrillos, tamices para coger todas estas bolita, limpiar la arena y depositarla en un contenedor", afirma el alcalde de esta localidad, José Luis Oujo.

Estos pellets se cuelan entre la arena lo que dificulta aún más su limpieza. Por eso en vez de remover la arena y que se puedan quedar enterrados, los voluntarios hacen limpieza minuciosamente en la superficie lo que resulta mucho más frustrante. "Empiezas y bueno, ves que no estás haciendo nada en realidad porque hay millones", lamenta una vecina.

"Va a ser una recogida bastante complicada. Son muy ligeros, muy livianos", defiende el portavoz de Ecoloxistas en Acción, Roberto Vilela. Debido a su volatilidad asegura que "lo mismo que la marea los trae en cuanto suba un poco los puede volver a llevar mar adentro". Estas partículas no solo se encuentran en la arena, sino también atrapadas entre rocas y mar adentro por lo que la situación "puede tardar años en solucionarse".

"La playa está llena de porquería y es muy contaminante", afirma un vecino de la zona. "Está todo lleno, por todos lados. La costa va a estar plagada", recalca el hombre, que insiste en que todo ese plástico también acabará "en la barriga de los peces". Y es que estos pellets, además de degradarse y liberar sustancias químicas en el mar y en la arena, pueden acabar en los estómagos de muchos animales que los confunden con comida.

El problema se remonta al pasado 8 de diciembre. Un buque polaco pierde parte de su carga llena de pellets frente a la costa norte de Portugal. Desde entonces estas partículas se han esparcido a lo largo de toda la costa gallega, apareciendo incluso en playas de la mariña lucense.

En las playas occidentales de Asturias ya se han avistado los primeros. Allí el gobierno regional ha activado el Plan Territorial de Contingencias por Contaminación Marina. Según la Vicepresidenta segunda de la Xunta de Galicia y conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, estos pellets no son tóxicos, aunque el temor ahora es que sigan dispersándose por la costa cantábrica.