Ni protección, ni control

Así destaparon los educadores el horror que vivía la menor violada por el 'Pelicot catalán' mientras el sistema miraba a otro lado

Los detalles
Los trabajadores del centro de menores revisaron el móvil de la niña tras sospechar de sus ausencias y encontraron mensajes, imágenes, contenidos sexuales explícitos y múltiples conversaciones con hombres adultos.

Así destaparon los educadores el horror que vivía la menor violada por el 'Pelicot catalán'.

Con solo 12 años, una niña bajo tutela de la Generalitat fue víctima de abusos sexuales continuados y prostitución. El hombre que la explotaba la ofrecía a través de Instagram, sin que ningún sistema de protección detectara lo que ocurría. El caso, ocurrido en 2020, ha salido a la luz tras el testimonio de Daniel Segura López, educador social de la menor, en una entrevista en 'RAC1'.

"Comenzamos a sospechar porque sabíamos que había alguna cosa detrás de lo que hacía con el teléfono. Descubrimos conversaciones y fotografías", relató Segura. Fueron los propios trabajadores del centro quienes, preocupados por las constantes ausencias y escapadas de la niña, iniciaron una revisión de su actividad digital. "Hicimos un trabajo de investigación y vimos todo esto", explicó.

Las pruebas eran contundentes: mensajes, imágenes, contenidos sexuales explícitos y múltiples conversaciones con hombres adultos. Para los profesionales del centro, la motivación de la menor era clara. "Estaba buscando afecto", afirma Segura. "Porque no era solo con ese hombre, sino que hablaba con muchos más hombres".

La niña había perdido a su madre, fallecida tras una larga enfermedad. Su padre, con grandes dificultades personales, no podía hacerse cargo de ella. Aislada, con un historial de bullying en el instituto y sin una red familiar estable, la menor quedó atrapada en una situación de extrema vulnerabilidad.

Pese a que los educadores informaron a la familia y les animaron a denunciar, el caso evidencia graves fallos en el sistema de protección de menores. Según el testimonio de Segura, años después, cuando la chica tenía 15 años, la Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (DGAIA) autorizó que se fuera a vivir con un joven de 25 años. "La DGAIA y toda la administración lo aceptó. No lo entiendo, no sé cómo lo aceptaron", lamentó el educador.

Actualmente, la joven ya es mayor de edad. Pero las preguntas siguen sin respuesta: ¿Cómo fue posible que el pederasta actuara con tanta impunidad? ¿Por qué no se detectó el caso antes? ¿Quién permitió su convivencia con un adulto tras haber sido víctima de explotación sexual?

Ni la DGAIA ni otros responsables de la Generalitat han dado explicaciones públicas sobre este caso. Mientras tanto, crece la presión sobre las instituciones para que respondan por una cadena de decisiones que dejaron desprotegida a una niña que necesitaba ayuda, no abandono.