Caos después del apagón

Cómo está el transporte público en España después del apagón, de trenes Cercanías a redes de Metro

Los detalles
Más de media jornada sin metro ni trenes en la práctica totalidad del país: el apagón masivo que sufrió España ha sembrado el caos. ¿Pero cómo ha amanecido el país el día después?

Varias personas consultando el estado de Rodalies en la estación de Sants, en Barcelona

A las 12:35 del mediodía, España se apagó. Literalmente. Un fallo súbito y total en el sistema eléctrico nacional dejó al país sin suministro durante horas. La señal cayó en cuestión de segundos: luces fuera en hospitales, edificios gubernamentales, centros comerciales, hogares. Nada funcionaba.

En trenes, metros, ascensores, túneles y oficinas, millones de personas quedaron atrapadas en un presente detenido. A las 17:30 horas comenzaban a regresar, de forma desigual, la luz y la cobertura. Pero las consecuencias ya eran inmensas, y aún lo siguen siendo.

El corte no solo fue eléctrico: fue un cese de movimiento, de comunicación, de certidumbre. Los sitemas digitales colapsaron, el transporte público quedó suspendido en gran parte del territorio y miles de personas durmieron en estaciones y andenes sin saber cuándo podrían retomar sus vidas. La pregunta que resonaba en estaciones, aeropuertos y redes sociales era una sola: ¿cómo pudo pasar?

Una tarde en sombras: del silencio eléctrico al caos sobre ruedas

Cuando el apagón se produjo, centenares de trenes circulaban por las líneas de Cercanías, regionales y AVE. En algunos, los pasajeros pasaron más de cuatro horas sin moverse, sin luz, sin ventilación ni agua. Los ascensores dejaron de funcionar con personas dentro. Las comunicacoines se cortaron. En las cicudades, los autobuses intentaron mantener el servicio, pero sin GPS, semáforos ni señalización digital, circular era casi una misión imposible.

Para la tarde del lunes, ADIF confirmaba la suspensión total del transporte ferroviario en España. Las pantallas informativas quedaron en negro, y en estaciones como Atocha, Sants o Santa Justa, el personal no daba abasto. "Fue como un cierre de país, pero sin previo aviso", relataba una chica, atrapada en la estación madrileña. "La megafonía no funcionaba. Nadie sabía nada".

Madrid: trenes colapsados, andenes saturados

El martes por la mañana, el Metro de Madrid recuperaba el 80% de su actividad a las 8:00 horas, alcanzando el 100% a las 10:00 horas. Pero los Cercanías aún arrastraban importantes demoras. En Atocha, las colas para reclamar, reprogramar billetes o simplemente pedir información eran interminables. Muchos habían pasado la noche en bancos o en el suelo.

"Mi tren era ayer, pero sigo aquí", decía un chico, que viajaba a Almería. "Nos dijeron que nos reubicarían, pero nadie sabe cuándo. El panel de salidas acaba de encenderse".

La acumulación de pasajeros del lunes y el martes generó escenas de tensión. Las compañías ferroviarias intentaban reubicar a los afectados del día anterior, mientras se sumaban los viajeros del martes. La congestión parecía no tener fin.

Cataluña: Rodalies intermitente, metro operativo

En Cataluña, Rodalies intentó retomar el servicio durante la madrugada, pero la inestabilidad de la red eléctrica obligó a nuevas suspensiones. A las 7:30 horas del martes, no había previsión clara de recuperación total. "No hay tensión suficiente para garantizar el funcionamiento", indicó un portavoz. La recomendación oficial fue evitar los trenes y buscar medios alternativos.

El metro y los autobuses de Barcelona, por su parte, funcionaron con relativa normalidad durante la mañana. Pero las calles, sin semáforos ni señalización digital, se convirtieron en un laberinto. "Tuvimos que improvisar rutas sin GPS ni información en tiempo real", explicó un conductor de TMB.

Comunidad Valenciana: avances parciales, líneas suspendidas

En Valencia, los trenes de Cercanías reiniciaron su servicio por la mañana con importantes limitaciones. Las líneas C1 y C2 fueron las últimas en reactivarse y lo hicieron con retrasos de hasta 40 minutos.

Metrovalencia también reportó avances dispares: la L1 y la L2 funcionaban, aunque parcialmente, mientras que la L7 seguía completamente paralizada. La recomendación para los usuarios: armarse de paciencia.

"Vamos a Barcelona y luego a París. Todo se ha complicado. Ya perdimos un hotel", decía una chica, en la estación Joaquín Sorolla.

Galicia: el apagón más severo

La comunidad gallega vive la situación más crítica del país. A las 10:00 horas del martes, Renfe confirmó la suspensión total de todos los trenes. "Rogamos no acudir a las estaciones", indicó el comunicado.

Solo quienes lograron alquilar vehículos o encontrar alternativas privadas consiguieron salir. "Teníamos billete para A Coruña, pero está todo cancelado. Por suerte, conseguimos un coche esta mañana", contaba una chica desde Lugo.

Otras regiones: recuperación desigual

  • Asturias, Cantabria, País Vasco y León-Cistierna: líneas de Cercanías comenzaban a operar de forma progresiva desde el mediodía, aunque con retrasos y frecuencias reducidas.
  • Sevilla: En Santa Justa, largas colas y pantallas recién reactivadas. Los trenes de media y larga distancia operaban con hasta dos horas de retraso. Los Cercanías, aún inactivos.
  • Bilbao y San Sebastián: reinicio parcial desde las 12:30 horas. En Bilbao, los primeros trenes salieron hacia la periferia, aunque con menos frecuencia.
  • Madrid-Barcelona, Madrid-Málaga, Madrid-Valencia: servicios de AVE recuperados en su mayoría, pero con alteraciones horarias.
  • Cancelados: Madrid-Badajoz, Madrid-Galicia, Barcelona-Alicante (Euromed), País Vasco-Barcelona.

Voces desde el colapso

"Trabajo en un hospital de Tarragona y no tengo cómo volver", decía un hombre, varado en la estación de Sants. "Espero no perder mi vuelo a Colombia", añadía una chica en Barajas, aún pendiente de una conexión por tren desde el norte.

Aunque el suministro eléctrico se está restableciendo en la mayoría de comunidades, las causas del apagón aún no han sido explicadas con claridad por el Gobierno ni por Red Eléctrica. Mientras tanto, miles de viajeros siguen en tránsito. España, aunque vuelve a iluminarse, aún no retoma el pulso. Y la normalidad, si regresa, lo hará muy poco a poco.