Ante más de 5.000 personas, la Crida, el movimiento político impulsado por Puigdemont, celebraba su convención fundacional. Momento que Torra aprovechó para lanzar una nueva advertencia al Gobierno de Pedro Sánchez. "Le hemos de decir: 'Así no, señor Sánchez, el crédito político del presidente Sánchez se ha acabado", afirmó el president catalán.

Si no progresa la vía del diálogo, optarán -dicen- por la desobediencia civil pacífica y desde Waterloo, Puigdemont ha insistido en la movilización activa y sostenida, pero también no violenta. "Llamaremos a la movilización política porque no nos hemos rendido ni nos rendiremos", subrayó Puigdemont.

El grito más repetido, la apelación a la unidad del independentismo, sin reproches, dijo Puigdemont.

Sin embargo, hubo ausencias destacadas del PdeCAT, como su presidente, David Bonvehí y diputados en Madrid como Carles Campuzano y Ferran Bel.

Tampoco asistió ningún representante de la CUP ni de Esquerra, que sí celebraban que los posconvergentes se organicen para unir fuerzas.

"Si tenemos el espacio de la derecha y del centroderecha organizado, si la izquierda es fuerte y la CUP hace su trabajo en el espacio que le toca, seremos más fuertes, podemos ir todos a una", ha asegurado Sergi Sabrià, líder de ERC en el Parlament.

El objetivo de la Crida es terminar cristalizando en un movimiento político, capaz de ir a elecciones. Ha nacido, dicen sus organizadores, con casi 10.000 fundadores y 51.000 adheridos y el próximo 19 de enero celebrará su congreso constituyente.