La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y Junts han recalentado el debate sobre la inmigración en España. Las declaraciones que ha hecho esta semana la dirigente 'popular' se parece mucho a las que realizó el secretario general de los de Carles Puigdemont, Jordi Turull, la semana pasada. De hecho, hasta el PP cargó contra la formación, asegurando que tiene "exigencias xenófobas y racistas".

El hombre que más manda en Junts después de Carles Puigdemont vinculó la inmigración con la delincuencia con un discurso muy parecido al de Ayuso hoy. "No actuar contra los delincuentes multirreincidentes, lleven 15 días viviendo aquí u ocho generaciones, sí es poner en peligro la convivencia y la cohesión", decía Turrull tras conseguir un acuerdo con el PSOE para cederles competencia sobre migración a cambio de salvar sus primeros decretos.

La dirigente del PP lo hace atacando un centro de acogida en Alcalá de Henares, lanzando acusaciones infundadas: "En el centro de acogida que ya ha dispuesto el Gobierno se han producido reyertas graves". También los vinculaba con agresiones sexuales en el municipio y con enfermedades como la sarna.

"Hay desigualdad y no hay progresismo cuando se accede, como ha hecho Sánchez y Sumar, a las exigencias xenófobas y racistas que ha puesto encima de la mesa Junts y que el Gobierno está obligado a cumplir", señaló en su momento la propia vicesecretaria de Organización del PP, Carmen Fúnez. Hoy, una de sus dirigentes dice exactamente lo mismo.

Jordi Turull no se achantó antes estas acusaciones, que consideró "indignas" y avisó de "no se acomplejarán". El secretario general responsabilizó al aumento de la ultraderecha en Europa a los partidos "que rehúyen de este debate". "Que no nos vengan con romances", añadió. "Vamos de cara y lo afrontaremos digan lo que nos digan. Nos jugamos la convivencia", dijo.