Las memorias de Juan Carlos I
"Ciego", "presionado" y "mal aconsejado": la versión del rey emérito sobre sus operaciones opacas con Mario Conde y Javier de la Rosa
Los detalles Juan Carlos I reconoce que se dejó llevar por "malas compañías" y confío demasiado en ciertos empresarios, mientras trata de justificar los escándalos financieros que marcaron el final de su reinado.

Resumen IA supervisado
Juan Carlos I ha regresado a España para una revisión médica en Vitoria, antes de viajar a Portugal y Sanxenxo. Coincidiendo con la publicación de sus memorias en Francia, el rey emérito reflexiona sobre los escándalos que marcaron su reinado y su salida de España. En el libro, admite haber cometido "errores por amor" y por dejarse llevar por "malas compañías", describiéndose más como víctima de su entorno que responsable de las irregularidades. Menciona indirectamente a empresarios como Mario Conde y Javier de la Rosa, y admite haber recibido regalos del rey Abdalá de Arabia Saudí, calificándolo como un "grave error".
* Resumen supervisado por periodistas.
Juan Carlos I ha regresado a España para una revisión médica en Vitoria, su primera parada antes de viajar a Portugal y, posteriormente, a Sanxenxo el próximo 5 de noviembre. Una fecha simbólica: ese mismo día se publican en Francia sus memorias, en las que el rey emérito intenta reescribir su legado con un tono de confesión y autocrítica, aunque sin asumir responsabilidades concretas.
En el libro, el monarca reflexiona sobre los escándalos que marcaron los últimos años de su reinado y su salida de España, y admite haber cometido "errores por amor" y por dejarse llevar por "malas compañías".
"Estuve ciego ante cierto entorno malintencionado", escribe Juan Carlos I, en un relato en el que se describe más como víctima de su propio contexto que como responsable de las irregularidades que le salpicaron.
El emérito alude a un círculo de empresarios y financieros que lo habrían empujado a operaciones opacas. Entre ellos, menciona indirectamente a Mario Conde y Javier de la Rosa, dos figuras condenadas por corrupción y vinculadas a los años de esplendor económico del monarca.
"Tuve la debilidad de confiar en empresarios que me fueron presentados y de ceder ante lo que hoy percibo como presiones, hasta encontrarme en medio de un embrollo financiero que se me escapa de las manos", reconoce.
Sin nombrarlos directamente, asegura sentirse "decepcionado" por quienes —según su versión— se aprovecharon de su nombre y posición.
"Me dejé aconsejar por algunos hombres de negocios sin escrúpulos que actuaban en mi nombre, pero sobre todo para su propio beneficio", señala el emérito.
En sus memorias, Juan Carlos I sí menciona explícitamente al difunto rey Abdalá de Arabia Saudí, del que admite haber recibido obsequios y dinero —unos cien millones de dólares— que terminaron bajo investigación judicial.
"Un generoso regalo del difunto rey Abdalá de Arabia Saudí, un hermano (…) Cien millones de dólares es una suma considerable. Un regalo que no podía rechazar", explica, calificándolo como un "grave error" y un malentendido sobre los límites entre la cortesía diplomática y los compromisos legales.
Ahora, línea tras línea, el emérito se esfuerza en limpiar su imagen, atribuyendo sus caídas a la confianza, la ingenuidad y la influencia de su entorno. Un intento de redención pública que coincide con su regreso a España y que, según su propio relato, busca cerrar el círculo de una vida marcada por la gloria, los excesos y la sombra de la corrupción.
*Sigue a laSexta en Google. Toda la actualidad y el mejor contenido aquí.