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Un truco infalible para hacer un maquillaje de Halloween fácil, apto para niños y con cosas de andar por casa
Para los que han dejado todo para última hora va este truco. Es muy sencillo, sólo necesitas un pintalabios rojo y un tenedor. Y si no tienes lápiz labial, te enseñamos a fabricar sangre casera con cosas de andar por casa.

Las personas más organizadas ya tendrán listos sus disfraces o los de sus hijos de cara al 31 de octubre: es común, desde hace años, que las escuelas y colegios inviten a sus alumnos a acudir disfrazados en el día de una fiesta que no es muy española pero que ha acogido bien la sociedad. Sin embargo, ¡ay, de los despistados! A última hora, uno se acuerda de que tenía que preparar algo... o también en el último momento le invitan a uno a una fiesta de Halloween y se encuentra sin disfraz.
No llegues a este punto en pánico: no hay drama. Es muy sencillo preparar algo en no mucho tiempo para aparecer increíble en un encuentro de Halloween: piensa que una de las cosas más importantes es el maquillaje, cómo se presente de terrorífico el rostro. Y para ello hay un truco sencillo, con cosas de andar por casa, que tiene muy buenos resultados.
Sólo necesitas un pintalabios de color rojo y un tenedor y, si tienes además un poco de sombra de ojos oscura (marrón, por ejemplo), mejor que mejor. Lo único que tienes que hacer es marcar con el pintalabios las púas del tenedor y, completamente embadurnado en pintura, colocarlo cerca de tu ojo, por debajo, o de la persona a la que tengas que maquillar.
Presiona un poco para que se marquen las líneas de color rojo en la piel de la cara bajo el ojo y arrastra sobre la piel para alargarlo. Puedes hacerlo por debajo del ojo, por encima, o por ambos lados... pero también alrededor de la boca. Eso sí, si es un niño pequeño al que vas a pintar, asegúrate de que el lápiz de labios es de calidad y haz una prueba antes para comprobar que no le da alergia.
En el caso de que no tengas ningún pintalabios a mano en casa, siempre puedes fabricar tu propia sangre casera, también con ingredientes y productos de andar por casa. Puedes hacerla con gel de ducha y colorante, con sirope de chocolate, con miel de abeja...
Si además tienes a mano algo de sombra de ojos puedes añadir matices: con un tono marrón puedes añadir profundidad a las líneas hechas con tenedor para que parezcan heridas o rasguños, pero también puedes tirar de otros colores. Con un tono grisáceo en las bolsas de los ojos puedes pintar unas buenas ojeras y con polvos blancos, por ejemplo, convertir una cara de color normal en un rostro más pálido. Todo es jugar con el color.