Hace más de dos años del comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania y, ante un final que no se vislumbra, los grandes líderes europeos valoran un aumento de su colaboración con el gobierno ucranio en la guerra.

Así lo llevan reclamando desde el gobierno de Zelenski en las últimas semanas, lo que ha coincidido con un aumento de las maniobras militares de las tropas de la OTAN.

Además, la OTAN ha pedido más ayuda a los aliados en palabras de su secretario general, Jens Stoltenberg: "Es urgente que los aliados den un paso al frente y proporcionen más municiones a Ucrania".

Esa es la intención de Alemania, donde su canciller Olaf Scholz ha confirmado un aumento del envió de armas a Ucrania: "Utilizaremos las ganancias inesperadas de activos rusos congelados en Europa para financiar la compra de armas para Ucrania".

No obstante, las municiones podrían no ser suficientes. El envío de tropas a Ucrania ha dejado de ser una línea roja y miembros de la OTAN como Lituania o Letonia ya han afirmado que estarían dispuestos a apoyar la iniciativa.

En esta línea parece moverse el presidente francés, Emmanuel Macron, al indicar que no descarta nada: "Es nuestra seguridad lo que está en juego en Ucrania. Estamos decididos a impedir que Rusia gane y a apoyar al pueblo de Ucrania hasta el final".

Y otros países, plantean la vuelta del servicio militar obligatorio. Un debate que se ha reabierto en Reino Unido mientras que en Dinamarca ya se ha anunciado que extenderá el reclutamiento a las mujeres. Todo ello después de escuchar como Putin amenazaba a Europa en un intervención en el Kremlin a finales de febrero: "Desde el punto de vista técnico-militar por supuesto que estamos preparados".