Etimología desde el Vaticano

La curiosa razón por la que se llama cónclave el proceso para elegir al papa

La nomenclatura del proceso de elección del papa tiene una estrecha relación con el que fue el cónclave más largo de la historia: casi tres años sin papa y XX muertos por inanición.

Un cuadro del cónclave de Viterbo, Nuova Cronica, manuscrito BAV Chigiano L VIII 296, conservado en la Biblioteca Vaticana.Un cuadro del cónclave de Viterbo, Nuova Cronica, manuscrito BAV Chigiano L VIII 296, conservado en la Biblioteca Vaticana.Biblioteca Vaticana

Tras 12 años de pontificado, el papa Francisco I falleció a los 88 años; después de la constatación de la muerte y de varios días, miles de personas se despidieron de Jorge Bergoglio en una ceremonia solemne que cierra una etapa para dar paso a la siguiente. Y tras los Novediales, se celebrará el cónclave en el que se elegirá al nuevo papa. A lo largo de los siglos, son muchos los obispos de Roma elegidos a través de un proceso que ahora se repite para designar al sucesor del papa argentino.

Etimológicamente, tiene sentido que este proceso se llame cónclave por su origen: del latín cum clave (bajo llave), esta reunión acoge a los miembros del Colegio Cardenalicio de menos de 80 años en la Capilla Sixtina, a puerta cerrada, para elegir al sucesor del difunto. Y bajo llave permanecerán hasta que completen su misión, cuando recuperarán la 'libertad'.

¿Pero desde cuándo se celebra el cónclave bajo llave? Hay que remontarse al cónclave de Viterbo, convocado tras la muerte de Clemente IV en 1268. De este salió 'elegido' Gregorio X, aunque no fue un proceso fácil. A diferencia de los cónclaves más recientes, que han durado como mucho varios días, en aquella ocasión se extendió durante casi tres años, 33 meses en estado de 'sede vacante', sin gobierno en la Iglesia católica.

El proceso de elección papal de Viterbo comenzó con los cardenales reunidos y votando una vez al día en el palacio episcopal de la localidad italiana, ubicada a unos 80 kilómetros de Ciudad del Vaticano. Por aquel entonces, el proceso tenía lugar en la ciudad en la que hubiera fallecido el último papa, si éste moría fuera de Roma. Cuenta una leyenda no confirmada que un candidato fue elegido a los dos meses —Felipe Benizi, de la Orden de los Siervos de María—, pero que huyó para no ser designado sumo pontífice. Sin embargo, son varias las historias que circulan sobre este 'cónclave' (que aún no era tal) que no se han podido confirmar.

El origen del cónclave como lo conocemos

A finales de 1269, cuando ya se sucedían los meses sin papa y los cardenales se reunían de manera intermitente para votar, el pueblo de Viterbo se hartó: los gastos del alojamiento y manutención de los cardenales albergados en el palacio papal corrían a cargo de los contribuyentes. Poco a poco se fueron tomando decisiones para presionar a los cardenales a tomar una decisión: las raciones de comida fueron limitadas y todos fueron encerrados bajo llave en la catedral, de donde no saldrían hasta elegir a un nuevo papa.

Fue precisamente en este momento en el que nació el concepto de cónclave. Pero el proceso no culminó con estas medidas de ligera presión y seguían sin tomar una decisión. Así pues, los ciudadanos de Viterbo arrancaron el techo del lugar donde se reunían los cardenales para que "Dios iluminara sus deliberaciones". No fue hasta que empezó el mal tiempo cuando los cardenales vieron en esta situación un problema: el frío podría matarlos a todos.

Pasaron tres años desde el inicio del proceso —y a lo largo de esta elección, fallecieron una veintena de cardenales— y aun así, no fueron capaces de tomar una decisión. Así que crearon una pequeña delegación de seis integrantes y dejaron que fueran ellos los que tomaran la decisión. Las negociaciones se facilitaron, al estar sólo seis personas implicadas, y acabaron nombrando a Teobaldo Visconti, una opción aceptable para los bandos de una Iglesia entonces profundamente dividida. Eso sí, no estaba en el Colegio Cardenalicio, lo que a día de hoy tampoco es un impedimento —si fuera elegida una persona que no fuera cardenal, tendría que ser ordenado antes de aceptar el cargo— para convertirse en papa de Roma. Teobaldo Visconti eligió para su papado el nombre de Gregorio X.