Muerte del papa

Qué significa 'sede vacante' cuando decimos adiós a un papa

Terminología tras la muerte de un papa Cuando el papa muere (o renuncia), se empiezan a usar términos que en el día a día pueden sonar extraños. 'Sede vacante' es uno de ellos, aunque su sentido es obvio.

VaticanoVista de la cúpula de la basílica de San Pedro en Ciudad del VaticanoPixabay

El adiós a un papa es un proceso relativamente largo. El Lunes de Pascua de 2025, a las 7:35h, el Vaticano decía adiós al papa Francisco quien, a sus 88 años, había pasado semanas (y meses) entre ingresos y numerosos problemas de salud. Tras su muerte, comienza todo un ritual de ceremonias, pero lo cierto es que aunque es lo más frecuente, no sólo la muerte del pontífice activa todo el protocolo en la Santa Sede: en 2013, la renuncia de Benedicto XVI tuvo el mismo efecto que la muerte de cualquier otro papa. En cualquier caso, cuando un papa se va, ya sea del mundo terrenal o simplemente deja de estar al frente del Vaticano, se abre un periodo que se conoce como 'sede vacante', uno de esos términos que se repiten una y otra vez en estas ocasiones.

La 'sede vacante' está prevista en los cánones que van del 416 al 430 del Código de Derecho Canónico, que es el conjunto de normas que regulan no sólo la organización de la Iglesia latina sino también la jerarquía de gobierno, los derechos y obligaciones de los fieles, los sacramentos y las sanciones por contravenir estas normas. Es algo parecido a una Constitución con tintes de código penal de la Iglesia católica. El Código de Derecho Canónico vigente es el que promulgó el papa Juan Pablo II en 1983.

Para entender lo que es la 'sede vacante' hay que acudir al artículo segundo del capítulo III, que explica lo que es: es el periodo comprendido desde que queda vacante una sede episcopal, ya sea por fallecimiento u otras causas, de una diócesis. Y también de la Santa Sede, la sede del obispo de Roma. Es una expresión que proviene del latín y que significa, literalmente, que se queda un sitio vacío.

¿Cuánto dura el periodo de 'sede vacante'?

El periodo de 'sede vacante' no tiene una duración específica, sino que comienza cuando el papa renuncia o fallece y termina cuando el Colegio de Cardenales escoge a un nuevo papa. Este tiempo puede durar más o menos, en función de lo que se tarde en convocar el Cónclave y, sobre todo, en función de lo que tarden los cardenales en ponerse de acuerdo para designar a un nuevo papa.

El Cónclave suele comenzar entre 15 y 20 días después de la renuncia o muerte del pontífice, pero su duración, obviamente, depende. Durante el Cónclave se celebran varias votaciones, y no se da por terminado hasta que de la chimenea sale la 'fumata blanca': el humo de color blanco indica que al menos dos tercios de los cardenales electores han escogido a un nuevo papa. En caso de que no se consiga esta mayoría, 'fumata negra'. Y entonces se repite el proceso. Así pues, el Cónclave puede extenderse más o menos.

¿Quién gobierna la Iglesia en 'sede vacante'?

El gobierno durante 'sede vacante' está previsto también en el Código de Derecho Canónico. El canon 419 indica que "el gobierno de la diócesis pasa al obispo auxiliar o, si son varios, al más antiguo de ellos por el orden de su promoción; y donde no haya obispo auxiliar, al colegio de consultores, a no ser que la Santa sede hubiera establecido otra cosa".

En el caso de la sede romana, el gobierno de la Iglesia queda confiado al Colegio de Cardenales, pero con limitaciones: por un lado, "vacante la sede nada debe innovarse". Este precepto, previsto en el canon 428, significa que durante el periodo de interinidad de la Santa Sede no se toman decisiones nuevas, sino que se gestionan las cuestiones ordinarias e inaplazables y, lo primordial, se organiza el Cónclave para la elección del nuevo papa.