Seguro que Jan Koum, nacido en un pueblo rural a las afueras de Kiev, no podía imaginar lo que el destino le tenía guardado cuando abandonó Ucrania con 16 años en busca de una vida mejor. En la fría Kiev, su casa no tenía luz y ni siquiera podía ducharse con agua caliente, pero cuando emigró a Estados Unidos, la situación no mejoró mucho. Junto con su madre acudía a un centro social para recoger cupones de ayuda alimenticia. Huérfano de un obrero y un ama de casa, no tuvo un ordenador hasta los 19 años. Durante su infancia siempre receló de las relaciones sociales y su grupo de amigos era muy reducido, un perfil totalmente opuesto al concepto de Facebook.
Ahora la compañía de Mark Zuckerberg ha comprado Whatsapp, la empresa que Koum fundó junto a Brian Acton, por 19.000 millones de dólares. Paradójicamente, el acuerdo se firmó en el edificio donde se encontraba el antiguo centro social al que Koum iba con su madre a recoger los vales para comida, actuales oficinas de la empresa de mensajería instantánea.
El emprendedor de 38 años es un hombre modesto, celoso de su vida privada y conocido por tener principios muy sólidos. Uno de los valores de Whatsapp es la ausencia de publicidad y la privacidad de la que gozan sus usuarios. La compañía intenta recolectar el menor de los datos posibles de sus clientes. Esto tiene su origen en el valor que Koum le da a la privacidad, de la que careció durante su infancia en la Ucrania soviética, donde las autoridades espiaban las comunicaciones de sus ciudadanos.
Estudiante rebelde, dejó sus estudios en la Universidad Estatal de San José para incorporarse a Yahoo, donde conoció a su socio Brian Acton. Cansados de la constante publicidad que se ejercía en la empresa americana, abandonaron juntos la compañía. Con el lema “No anuncios, no juegos, no artilugios” crearon Whatsapp hace cinco años, y bajo estos principios y frases como “La publicidad nos hace querer comprar coches y ropa, trabajar en empleos que odiamos para poder comprar lo que no necesitamos” de la película El Club de la Lucha, han dirigido la empresa que ahora acaban de vender.
Según 'The Economist'
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