El Gobierno ha fijado la posibilidad de que la jubilación demorada voluntaria permita cobrar un aumento porcentual de la pensión por cada año de retraso, pero también un pago único. Una fórmula mixta para incentivarla ya estaba prevista en la reforma de las pensiones acordada con los agentes sociales en julio de 2021, pero que no se había regulado hasta ahora.

El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha dado cuenta de esta tercera opción para quienes elijan retrasar la jubilación durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes, donde ha recordado que desde 2022 se puede cobrar una cantidad a tanto alzado (el llamado 'cheque') o bien un porcentaje del 4% más en la pensión por cada año de demora en el acceso a la jubilación.

Ahora, se podrá optar también por esta nueva fórmula mixta, de forma que quienes retrasen su jubilación entre dos y 10 años recibirán simultáneamente un incremento de su pensión del 2% por cada año que la posterguen y un pago único equivalente a la mitad del que les correspondería si optaran por la fórmula actual del pago único.

De esta forma, si la jubilación se retrasa 11 años o más, el incentivo sería de un pago único aplicado a cinco años del periodo demorado y un incremento del 2% de la pensión por cada año de demora.

Escrivá ha recordado que en 2022 -primer año de aplicación- la jubilación demorada aumentó un 5,4%, mientras que en el primer trimestre de 2023 se ha incrementado un 7,8%.

En lo que va de año, 1.148 nuevos pensionistas han optado por el pago único, cuya cuantía media es de 13.100 euros, según datos del Ministerio de Seguridad Social. El 17% de las pensiones se ha beneficiado de algún tipo de complemento por demora, frente al 1 % en el mismo periodo de 2022.